Infórmese bien para ir a votar por su familia y por Chile
Infórmese bien para ir a votar por su familia y por Chile
¿Por qué voto rechazo?
Ante la inminente decisión histórica que deberá tomar nuestro país, y con una gran preocupación por los problemas que se avecinan, considero un deber insoslayable, en mi calidad de simple ciudadano amante de su país – con toda su historia y tradiciones-, dejar constancia escrita y compartir con quienes lo deseen, mis análisis y reflexiones acerca de la propuesta constitucional que será sometida a plebiscito el próximo 4 de septiembre.
He leído reflexivamente cada uno de los 388 artículos y las 57 disposiciones transitorias que la componen. Además, he leído a muchos políticos, académicos, economistas, escritores, intelectuales, especialistas en derecho constitucional y en diferentes áreas. Al seleccionar a quiénes escuchar, me he esforzado por privilegiar a quienes se han destacado por su solidez y trayectoria profesional en sus respectivas áreas.
Esto último lo hago porque creo firmemente en que la humanidad ha progresado mucho más cuando ha depositado su confianza en personas que se destacan por su inteligencia, su preparación académica y profesional, su esfuerzo y su sano interés por buscar mejores beneficios para todos. Además, creo más a quienes dicen lo que corresponde decir según lo que indica la razón y la reflexión y no lo que resulta cómodo, fácil y popular. “La verdad siempre; aunque duela”, me repitió una y otra vez mi padre, cuando era niño. Y he tratado de mantenerme fiel a este sano principio.
Si bien es cierto existen muchos aspectos tratados en la PC que deben ser muy valorados y sostengo con gran convicción que deberían ser tenidos en consideración en una nueva Constitución, estimo que, en este caso, al venir incluidos en un texto en que se aprueba todo o nada, ellos no deberían ser tenidos en cuenta al momento de votar. Chile se merece una Constitución completamente buena. Y no por parecernos bien algunas partes de ella, tenemos que aceptar otros segmentos altamente perjudiciales. Por esta razón, solamente me referiré a los principales argumentos para votar rechazo, dejando para otro momento, el análisis de qué aspectos deberían ser considerados en una próxima oportunidad.
La plurinacionalidad, una amenaza a la unidad del Estado de Chile.
Desde al Art. 1° de la Propuesta Constitucional (PC) se establece que Chile pasa a ser un “Estado Plurinacional”, lo que se refuerza en el Art. 2°, que señala que el país está “conformado por diversas naciones”. Esta nueva idea o concepción acerca de lo que es Chile se va construyendo, teóricamente, a través de todo el texto.
Las naciones que conforman este supuesto “Estado Plurinacional”, según lo que podemos deducir de esta nueva visión, serían:
- La nación chilena, como actualmente la conocemos. Es decir: quienes descienden directamente de pueblos originarios, del mestizaje entre europeos (mayoritariamente españoles) y pueblos originarios, a los que se suman vertientes de inmigrantes de todos los continentes que se avecindaron en Chile, y que en su inmensa mayoría se mezclaron con los mestizos o con los pueblos originarios. Todos ellos han ido conformando a través de cinco siglos, una nación singular que se identifica plenamente con el nombre de Chile. En esta gran nación coexisten pacíficamente diversos matices culturales que permiten a las personas, sin dejar de sentirse chilenas, mantener costumbres, creencias y características que se derivan de sus naciones de origen, y que pueden cultivar y manifestar en plena libertad.
- Se agregarían, a lo que conocemos como “nación chilena” once pueblos y naciones indígenas preexistentes: “Mapuche, Aymara, Rapanui, Lickanantay, Quechua, Colla, Diaguita, Chango, Kawésqar, Yagán, Selk’nam y otros que puedan ser reconocidos en la forma que establezca la ley” (Art. 5°). [1]
Como se puede apreciar, de acuerdo con los contenidos de esta PC, las once nuevas naciones, coexistirían en igualdad de condiciones, con derecho a tener territorios soberanos. Además, se les otorgaría autonomías en lo político, en lo económico, en lo judicial, en lo administrativo y en otros ámbitos. Esta concepción absolutamente teórica, generaría gravísimos problemas y conflictos para el Estado Chileno, entre los cuales podemos destacar:
- Atentaría gravemente contra la unidad y la cohesión interna. Desde su independencia y por más de 200 años, Chile ha sido un país unitario que ha construido una sola gran nación producto, fundamentalmente del mestizaje entre los pueblos originarios y los flujos migratorios provenientes de naciones de todos los continentes, especialmente europeos.
“Esa declaración bolivariana de plurinacionalidad, por decir lo menos, es chocante, artificial… La nación chilena no contiene otras naciones; la araucana o mapuche jamás lo ha sido, para no hablar del resto… Lo plurinacional lleva consigo el intento de crear segmentación nacional. Una nación dentro de otra, en un país que en términos comparativos es bastante homogéneo…” [2]
- Debilitaría severamente su fortaleza ante las demás naciones, y podría afectar gravemente la soberanía e integridad territorial de Chile, especialmente ante países limítrofes con los cuales siempre hemos tenido disputas geopolíticas. “Divide para vencer” señala una antigua regla básica acerca de la guerra. La fragmentación nos dejaría en una situación de debilidad muy difícil de revertir.
“Esta PC es una invitación a poner en crisis la cuestión de las fronteras, una cruz destacada en nuestra historia ¿Para qué? Se añade la extrema atomización regionalista que afecta indirectamente a las relaciones internacionales, contribuyendo a la ingobernabilidad del país, un problema que se nos aproxima como un gato de siete suelas” [3].
“En este mismo ámbito, es preciso recordar que uno de los precursores de la plurinacionalidad es el ex vicepresidente del gobierno de Evo Morales García Linera, cuya tesis plantea en su libro Comunidad, Socialismo y Estado Plurinacional, de 2015, presentado por el mismo autor en Chile, cuando era vicepresidente de Bolivia, mientras su presidente, Evo Morales, nos demandaba en La Haya. Por cierto, una proeza política notable. En este libro están los temas del protagonismo de los pueblos originarios en una guerra social total, el bloque histórico gramsciano con otras fuerzas sociales, la necesidad de un continente plurinacional … Además, y paradójicamente, García Linera plantea que la plurinacionalidad continental tiene un previo condicionamiento boliviano, cito textual: obligatoriamente pasa por la resolución del tema marítimo”. [4]
- Generaría condiciones propicias para una escalada de conflictividad interna con la gran mayoría de quienes se declaran pertenecientes a pueblos originarios. “Crear naciones por norma jurídica es crear problemas donde no los había” [5]. Es difícil imaginar, solamente, el proceso de asignación de tierras soberanas para los pueblos originarios, para cuyo propósito será necesario expulsar de sus tierras a propietarios que han sido dueños de predios agrícolas durante varias generaciones. La conflictividad que ya existe en la Araucanía llegaría a límites altamente peligrosos para Chile, con el riesgo en convertirse en una guerra interna de graves consecuencias.
La Historia y la experiencia comparada con otros países, nos demuestra categóricamente que la existencia de varias naciones dentro de un mismo país, lejos de generar prosperidad y beneficios para los pueblos, solo acarrea conflictos violentos sin solución, con derramamientos de sangre y pobreza para todos. Se recomienda analizar los casos de Chechenia, la Guerra de los Balcanes, la actual Guerra de Ucrania, solo por mencionar algunos ejemplos de la historia reciente. La pregunta que surge es: ¿Por qué generar condiciones para nuevos conflictos, en un país que durante 200 años ha logrado construir, en términos comparados, una notable cohesión y unidad nacional? ¿No será mejor persistir en una solución pacífica para el único conflicto real que tenemos en la Araucanía, cuyos niveles de gravedad aún generan espacios para soluciones utilizando las herramientas de la política, el derecho, la economía y la democracia?
Una peligrosa institucionalidad política, administrativa y territorial.
Con la PC se intenta llevar adelante una reinvención del Estado, a través de una nueva y completa reorganización política, administrativa y territorial de Chile.
Como punto de partida para el análisis, llama la atención de que, a partir de algunas “visiones” se pretenda rediseñar casi totalmente el Estado Nación, utilizando una sola perspectiva teórica. Se hace caso omiso a 200 años de historia republicana, durante la cual se ha ido fraguando lenta y progresivamente un diseño político, administrativo y territorial, aprovechando las experiencias históricas, a veces traumáticas, que ha permitido a Chile avanzar siempre hacia niveles superiores de democracia y desarrollo.
Sin embargo, es necesario precisar algunos de los principales problemas que se pueden apreciar en esta PC:
- Se atenta contra la separación de los poderes del Estado, principio fundamental de las democracias modernas, al suprimir el Senado reemplazándolo por una “Cámara de las Regiones” con mucho menos atribuciones. Junto con lo anterior, se crea un “Congreso de Diputados” con amplias atribuciones, lo que, en suma, deja un bicameralismo demasiado asimétrico. Si a lo anterior se agregan la reforma del Tribunal Constitucional, reemplazándolo por una Corte Constitucional y la transformación del Poder Judicial a varios Sistemas de Justicia, se deduce que los necesarios contrapesos que permiten un adecuado equilibrio de poderes se ven seriamente afectados. Con esto último se generarían condiciones de riesgo de caer en gobiernos que, con una mayoría favorable no difícil de obtener en el Congreso de Diputados, podrían ejercer un peligroso autoritarismo.
- Se vislumbran graves dificultades para ejercer la conducción del Estado, debido al desmembramiento político, administrativo y territorial. La PC establece un modelo de Estado distinto al unitario que contempla la experiencia constitucional de Chile; y también distinto a un sistema Federal. El Estado se organizaría en “Entidades Territoriales Autónomas y Territorios Especiales”. Las entidades territoriales, a su vez, serían las “comunas autónomas, regiones autónomas y autonomías territoriales indígenas”; todas ellas dotadas de autonomía política, administrativa y financiera. Aquí queda en evidencia una inconsistencia fundamental ya que en la misma PC se establece “En ningún caso el ejercicio de la autonomía podrá atentar contra el carácter único e indivisible del Estado de Chile ni permitirá la secesión territorial” (Art. 187° inciso 4). En suma, cabe preguntarse ¿cómo será compatible lo uno con lo otro? ¿Cuál será el rol del gobierno central? ¿Cómo se resolverán los naturales conflictos que surgirán? En definitiva ¿Será posible una gobernanza ágil, sana y eficiente? Por otra parte, al entregar a las regiones la facultad de crear empresas públicas regionales, surge nítidamente un alto riesgo de caer en corrupción y clientelismo.
El debilitamiento del Poder Judicial
La PC en su Art. 327° crea un “Sistema Nacional de Justicia” (SNJ), en forma inexplicable, haciendo desaparecer el poder judicial como tal. Con ello se ignora y desprecia una valiosa experiencia adquirida por la gran mayoría de los países, de más de tres siglos; asimismo, se hace caso omiso de los doscientos años de experiencia chilena, con un cúmulo de aprendizaje adquirido. En siglos de historia judicial, se ha considerado al poder judicial como una de las tres partes esenciales del poder del Estado, ejercido en forma independiente, configurando la estructura básica de la República y garantizando un Estado de Derecho. Para ello es indispensable que mantenga el mismo nivel jerárquico de los poderes ejecutivo y judicial. ¡¡¡Todo esto, se borra de un plumazo!!!
En su Art. 342 crea un Consejo de Justicia con amplios poderes, desde nombrar a todos los jueces y funcionarios del SNJ, hasta evaluar su desempeño y eliminarlos. Con ello se amenaza la independencia de los tribunales y por consiguiente la garantía de imparcialidad de las decisiones judiciales.
“Hay evidencia contundente a nivel comparado de que estos órganos han resultado cooptados políticamente, desnaturalizando la función jurisdiccional. Además, al introducir las lógicas electorales al interior del Poder Judicial – que implicarán promesas de campaña, afiliaciones corporativas y subyacentes posiciones políticas – se hará frecuente que los justiciables se pregunten por la facción o lista que apoyó a un determinado juez para anticipar posibles sesgos resolutivos, afectando la legitimidad de la función judicial”. [6]
Por otra parte, la entrega de jurisdicción a “los pueblos y naciones indígenas” (Art. 307 de la PC), cuya intención es establecer un “pluralismo jurídico”, atenta gravemente contra el principio de igualdad ante la ley. “No existe limitación de materias, personas o territorios sujetos a la jurisdicción indígena, tampoco regula su voluntariedad, temas que fueron planteados por el informe de la Comisión de Venecia…” [7]
Riesgos, incertidumbre y amenazas a la estabilidad económica y al desarrollo de Chile
Según lo analizado a través de la lectura de cada uno de los artículos de la PC, se detectan muchos elementos que afectarán seriamente la economía del país. En esta materia, existen numerosos especialistas, académicos y organismos productivos del país que han señalado una gran preocupación. Por razones de espacio, resulta imposible citar a cada uno de ellos y explicar sus argumentos, por lo cual solo me limitaré a enunciar los problemas que se vislumbran para la economía y el desarrollo de país, si se aprueba la PC.
- La autonomía financiera de los nuevos territorios autónomos, con la posibilidad de emitir deuda, donde el fisco central se hará garante. Esto se constituirá en una enorme presión a la deuda pública a un alza cuyos límites es imposible predecir, atentando gravemente contra la responsabilidad fiscal. Junto a ello, La iniciativa parlamentaria en gastos, seguridad social e impuestos contribuirá al ya mencionado debilitamiento de la responsabilidad fiscal.
- La extensión del derecho a huelga a cualquier momento, incluso mientras rija el contrato colectivo. Y sobre cualquier materia, incluso en temas no atingentes a la empresa, como solidaridad con otras huelgas o presionar por legislación. Todo esto aumentará la conflictividad laboral, atentando contra el sistema productivo en general, prestándose para abusos difíciles de dimensionar.
- Las concesiones mineras dejan de ser indefinidas, quedando fuera del resguardo constitucional y pasan a ser revocables por simple ley. Con ello se atentará gravemente contra los incentivos a las inversiones mineras.
- La expropiación de tierras para ser entregadas a quienes logren ser definidos como miembros de “pueblos originarios” restará seguridad al derecho de propiedad, poniendo en grave riesgo nuevas inversiones, afectando a importantes sectores productivos.
- Los derechos de agua dejan de sr comercializables y de duración definida. Lo anterior afectará a cientos de miles de agricultores cuya propiedad perderá mucho valor sin indemnización y reducirá el valor de las garantías que respaldan sus créditos, reduciendo sus inversiones. De paso, tira por la borda el nuevo Código de Aguas que el parlamento acaba de aprobar por amplia mayoría.
La falacia de “aprobar para reformar”
Teniendo presente lo que establece el derecho si se aprueba la PC, sumado a la conducta autoritaria, prepotente, excluyente y muchas veces violenta, de quienes lideran los sectores que apoyan el apruebo, lo que se expresa con las permanentes acciones de cancelación (si no estás con mis ideas debes ser excluido), estimo que será muy difícil, por no decir imposible, que una vez logrado el apruebo se permita algún tipo de vía que permita mejorar la PC.
Habiendo muchas razones más para analizar, tales como los plazos establecidos en las 57 disposiciones transitorias para elaborar un sin número de leyes que reorganizan completamente el país, prácticamente en todas sus dimensiones, concluyo invitando a todos a leer la PC, reflexionar acerca de ella y, sobre todo, a valorar el momento histórico que vivimos. El equivocarnos en esta oportunidad puede significar el inicio de una etapa muy difícil de nuestra historia que será muy difícil de revertir.
Luis Farías Gallardo
Gonzalo Arenas advierte la trampa hegemónica que plantea el proyecto de nueva Constitución para una dictadura de la izquierda radical:
Vea a Pancho Orrego en Linares:
https://youtu.be/iyXK1YN5vTg