LA GEOPOLÍTICA DE LA UNIDAD POPULAR
LA GEOPOLÍTICA DE LA UNIDAD POPULAR
Por Jorge Andrés Pérez
En Chile el gobierno de la Unidad Popular era un gobierno revolucionario que estaba alineado con el Partido Comunista Cubano, y que de facto buscaba realinear el país geopolíticamente con la Unión Soviética. Esto en la práctica significaba que, más temprano que tarde, Estados Unidos iba a buscar reducir su exposición a un gobierno marxista en Chile. En última instancia esto seguramente significaba quitarle a Chile los recursos minerales del Desierto de Atacama, y el control del Estrecho de Magallanes. Durante la Guerra Fría Estados Unidos no iba a entregar los recursos del Desierto de Atacama, y el control del Estrecho de Magallanes a Moscú. Especialmente, cuando Argentina, Bolivia y Perú seguramente estaban disponibles para tomarse territorios que el Estado chileno no iba a poder defender gracias a que la Unidad Popular ya había debilitado la capacidad de defensa del país.
Perú estaba listo para invadir, pero se vio obligado a reevaluar la invasión cuando la Unidad Popular fue derrocada. Aun así, casi se tiraron a la piscina. Argentina seguramente era un problema más complejo, pero durante la Unidad Popular, los engranajes del poder en Buenos Aires se empezaron a mover ante la oportunidad que la Unidad Popular representaba para Argentina. En el Estado argentino los mecanismos tuvieron un efecto más rezagado, pero más persistente que en Perú.
En el papel, tiene sentido que Estados Unidos ante una victoria permanente de la Unidad Popular en Chile, apoyara la aspiración argentina de ser una potencia bioceánica, para que el estrecho de Magallanes pasara a ser controlado directamente por Buenos Aires, un aliado histórico de Estados Unidos frente a la alianza de Chile con el Reino Unido.
La verdad es que siempre ha sido una opción viable para Estados Unidos el control del Estrecho de Magallanes por Buenos Aires. De hecho, en su momento apoyaron la opción de dividir el Estrecho de Magallanes entre Argentina y Chile, algo que era inaceptable para el Reino Unido. Esto es el producto de un cálculo geopolítico particular de la realidad geográfica de Estados Unidos, que debe mover barcos libremente y con seguridad entre su costa este en el océano Atlántico y su costa oeste en el Océano Pacífico. Por eso el Canal de Panamá es tan importante para Estados Unidos. Pero, el Estrecho de Magallanes es la alternativa indispensable para Estados Unidos ante cualquier problema en el canal de Panamá.
La realidad de la Unidad Popular en Chile pudo abrir el debate en círculos selectos de Buenos Aires sobre la oportunidad que se abría para que Argentina se tomara el Estrecho de Magallanes. Es difícil imaginar que Estados Unidos no fue una parte informal de estos debates. Incluso, no es imposible pensar que en teoría Estados Unidos sondeó estos círculos para ver la viabilidad de una invasión Argentina del Estrecho de Magallanes una vez que se consolidara en el poder la Unidad Popular. Uno se puede imaginar el impacto que esta idea podría tener en estos círculos de Buenos Aires.
El año 1978 habría sido una opción para invadir a Chile si la Unidad Popular se apoderaba del Estado en Chile. La pregunta que uno se hace es si ese año fue informalmente propuesta a Buenos Aires por Washington, por ejemplo, en 1973, creando expectativas psicológicas en las fuerzas armadas argentinas, que luego fueron difíciles de abandonar después de empezar la planificación quinquenal para la invasión de Chile. Tal vez, los líderes de las fuerzas armadas argentinas nunca pudieron abandonar las expectativas de que Estados Unidos no sería hostil a una invasión de Magallanes. Esto tiene algún grado de validación en la actitud ambivalente de Estados Unidos hacia Chile en 1978, que delata en algún grado de responsabilidad norteamericana en los planes argentinos. Sería interesante saber lo que piensa Henry Kissinger sobre esta hipótesis.
Pero, tal vez, en última instancia Estados Unidos estaba destinado a traicionar a Argentina, porque no podía apoyar materialmente una invasión argentina de Magallanes dada su alianza estratégicamente con el Reino Unido durante la Guerra Fría. Hay que tener presente que el Reino Unido controla el Paso Drake desde las islas Malvinas y este control peligra si Argentina toma el control del Estrecho de Magallanes. El Reino Unido tenía razón sobre esta amenaza, como demostró la invasión argentina de las islas Malvinas en 1982. Por eso, es poco probable que el Reino Unido hubiera apoyado la iniciativa de Estados Unidos de entregar el Estrecho de Magallanes a Argentina, como el Reino Unido en el pasado no estuvo dispuesto a apoyar a Estados Unidos en que se dividiera el Estrecho de Magallanes entre Argentina y Chile. Entonces es poco probable que el Reino Unido durante el gobierno de Unidad Popular estuviera dispuesto a comprometer su control del Paso Drake para limitar el poder geopolítico de Chile.
El orden de los objetivos argentinos en 1978 y 1982 tal vez tienen su lógica geopolítica. La guerra de 1978 era el plan A para quitarle a la Unidad Popular el Estrecho de Magallanes, pero algo pasó que no estaba en el plan, la influencia del Reino Unido en el comportamiento de Estados Unidos. Entonces, en 1982 hay un plan B, en respuesta a lo que frustró el plan A. Lo interesante es que en 1982 hay un quiebre inicial en el gobierno norteamericano. Hay una facción proargentina liderada por Jeane Fitzpatrick. ¿Por qué las fuerzas armadas argentinas creyeron que era una buena idea invadir un territorio de un aliado crítico de Estados Unidos como era el Reino Unido? Seguramente porque había una historia de cercanía argentina con sectores de la burocracia norteamericana.
La Unidad Popular no solamente era un proyecto político, pero además era un proyecto que tenía un alto potencial de impacto geopolítico para Chile. El sistema político chileno en esos años simplemente parece que no calibró de manera realista el peligro que la Unidad Popular representaba para la estabilidad geopolítica del país y su integridad territorial. Tal vez Salvador Allende sí tenía en mente este peligro, y por eso no abrazó el camino que proponía Fidel Castro.
La posibilidad de una amenaza militar cierta en el futuro desde Argentina justificaba que las fuerzas armadas chilenas pusieran fin al experimento de la Unidad Popular. Hay que agregar que seguramente también habríamos enfrentado una amenaza militar desde Perú.
Chile sin el Estrecho de Magallanes y sin el Desierto de Atacama, es un país insignificante en términos políticos y económicos internacionales. El proyecto de la Unidad Popular nos llevaba directamente a ser un tumor encapsulado en un costado del cuerpo sudamericano. Un territorio sin importancia geopolítica en el fin del mundo, como una especie de experimento marxista en el África subsahariana. Al menos Cuba y Corea del Norte tienen importancia por su ubicación geográfica. La zona central de Chile no tiene esto. El proyecto de la Unidad Popular nos llevaba a vivir con una escasez material como la cubana, pero con el problema adicional de extensas pérdidas territoriales.
Perú reaccionó rápidamente al deterioro del Estado chileno con la Unidad Popular, y estaba listo para invadir Chile en 1975. Argentina mostró más disciplina para aprovechar el debilitamiento del Estado chileno con la Unidad Popular, y estaba lista en 1978. Con la Unidad Popular en control de las fuerzas armadas, seguramente habríamos perdido el Desierto de Atacama en 1975, y toda la Patagonia Chilena en 1978, si no en 1975.
Las únicas instituciones del estado que funcionaron bien en 1973 fueron las Fuerzas Armadas, que salvaron el país del sistema político chileno, y seguramente de perder el Desierto de Atacama y lo que nos queda de la Patagonia.