La suma directora
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La suma directora
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) publicó un documento que analiza la situación de La Araucanía desde la perspectiva de las víctimas no indígenas de la violencia. Concluye que éstas tienen una importante sensación de abandono, frustración y desprotección por parte del Estado. Reconoce que hay situaciones que afectan sus derechos humanos y que la inacción del Estado puede terminar lesionándolos también. Por otra parte, ante la trágica muerte de un funcionario municipal en Valparaíso, a raíz de un incendio causado por manifestantes, sacó una enérgica condena de los hechos y sus autores.
Por Axel Buchheister
Si bien no concuerdo que exista este organismo tutelar de nuestra democracia, no deja de ser saludable constatar que el INDH comienza a actuar con un mínimo de equilibrio: todos tenemos derechos humanos que deben ser protegidos y no sólo aquellos que son víctimas de abusos por parte de los agentes del Estado, el pretexto usado para que las causas que enarbola la izquierda sean las únicas que merezcan consideración.
Pero la que no cambia es la directora del INDH, ya que no para de opinar, escudada en la imagen que ella dirime lo que es un derecho humano. Declara que la “titularidad sindical” es tal, cuando se trata una materia debatible y que más bien parece ser un atentado al derecho de libre asociación de los trabajadores, como lo determinó el Tribunal Constitucional. Ahora cuestiona una declaración del General Director de Carabineros. Estrictamente tenía la razón, pues el cuerpo policial no se debiera inhibir de cumplir su rol, pero en los hechos sucede por razones poderosas, entre las que el actuar del INDH no es ajeno. Debatir sobre el punto es una cuestión política y no de derechos humanos, por lo que no corresponde que ella salga a dictar cátedra. Pues el INDH debe respetar el debate ciudadano democrático y su directora no tiene título alguno para orientarlo. Porque si al final todo se ancla en los derechos humanos, entonces en Chile estamos a sus órdenes y sobra la democracia. Además, de acuerdo a la ley del INDH, la conducción de éste corresponde al Consejo, y a la directora sólo compete ejecutar acuerdos de éste y la gestión administrativa del organismo. No es una autoridad independiente, como nos quiere hacer creer, que goce de autonomía para opinar y establecer reglas.
Próximamente cesa en su cargo y se supone que viene otro, que cabe esperar ejerza su función en forma más institucional y con menos protagonismo personal. Y que el Consejo del INDH siga potenciando la objetividad y la universalidad en el tratamiento de los derechos humanos, con deferencia hacia instituciones democráticas y el legítimo debate ciudadano.
Curiosamente el añorado cargo de subsecretario de Derechos Humanos, creado hace seis meses, no ha sido llenado. Es que se dice que están esperando que la directora concluya su mandato. Si resulta así, quedará en duda la supuesta independencia del INDH. Los mismos que en la oposición de la época criticaron que el “fiscal Peña” pasara directamente a trabajar en el gobierno debieran oponerse, pues la situación no sería muy distinta.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por La Tercera.