OLOR A GLADIOLOS EN EL PATIO DE LOS NARANJOS.



OLOR A GLADIOLOS EN EL PATIO DE LOS NARANJOS.

mayo 13, 2025

 

NUEVAMENTE HAY OLOR A GLADIOLOS EN LA MONEDA.

Cuando hasta una comunista tiene razón (y algunos aún no renuncian)

Por Christian Slater Escanilla – Un Patriota sin Partido Político

Bajada:

Jeannette Jara, candidata presidencial comunista, exige renuncias por el bochorno de la “Ley de Pesca”. Y aunque parezca increíble… ¡estoy completamente de acuerdo! Lástima que ese mismo sentido de responsabilidad no haya sido contagioso en el Ministerio de Vivienda, donde aún intentan encubrir lo que ya es imposible ocultar, especialmente después de la reciente conversación interceptada entre Boric y su amiga Josefina Huneeus.

Texto:

Esta semana, la candidata presidencial Jeannette Jara nos ha regalado una de esas joyas que escasean en la política chilena: un acto de coherencia. Sí, leyeron bien. La misma exministra que representa al Partido Comunista ha dicho, con toda claridad, que si estuviera en el lugar del subsecretario de Pesca renunciaría por el papelón legislativo de la “Ley de Pesca”.

Y ¿saben qué? Tiene razón.

Porque cuando un funcionario comete un error técnico, estratégico o político, lo mínimo es asumir su responsabilidad. Lo que sorprende —y preocupa— es que ese estándar no haya sido aplicado cuando explotó el escándalo de Democracia Viva, ni cuando todo el país descubrió la madeja de corrupción disfrazada de “convenios” entre ministerios y fundaciones.

Más aún ahora, que nos enteramos —gracias a una interceptación legal hecha por la PDI en octubre de 2024 y recién conocida en mayo de 2025— de una conversación entre el presidente Boric y la operadora Josefina Huneeus, en la que el nombre del ministro Carlos Montes aparece nada menos que como el impulsor del “sigan no más” para que los trabajadores de ProCultura continuaran operando, ¡a pesar del escándalo!

¿Resultado? Como era de esperarse: desvío de fondos entre proyectos para mantener a flote una estructura fundacional que ya estaba hundida en descrédito.

Pero claro, cuando se trató de Carlos Montes (noviembre de 2023) —emblema del socialismo democrático, protegido por años de militancia y pactos de silencio—, ahí no hubo exigencia de renuncia. Ni de parte del Gobierno, ni de sus socios, ni de la oposición cómplice. Solo se jugó al empate y al desgaste del escándalo. Y así llegamos a este punto, donde las escuchas revelan lo que muchos sabíamos y pocos querían decir: la responsabilidad política no solo fue eludida, fue anulada.

Por eso, cuando una comunista como Jara levanta la voz pidiendo cuentas en otro ministerio, uno no puede evitar preguntarse: ¿Y por qué no antes? ¿Por qué no con Montes? ¿Por qué no cuando todo ardía y los dineros públicos se esfumaban en fundaciones dirigidas por ex, pololos, y operadores seriales?

Señores, la ley debe ser pareja. Si un subsecretario debe renunciar por un error legislativo, un ministro debería haber renunciado por permitir (y quizás encubrir) el saqueo institucional más escandaloso desde el retorno a la democracia.

Y si el presidente llama a su amiga para hablar del tema, es porque sabía que había algo que cuidar. Y no era precisamente la transparencia.

Porque si hasta una comunista puede tener razón, imaginen lo que podríamos lograr si llegara al poder alguien como José Antonio Kast. Un líder al que no idolatramos, pero al que sí respaldamos con convicción para exigirle, desde el primer día, que cumpla su promesa de acabar con la corrupta y sinvergüenza Casta Política de izquierda y derecha. Esa misma que ha secuestrado la democracia para usarla en función de sus intereses personales y partidistas. Dependerá de nosotros permitir que, con Kast en La Moneda, avancemos con decisión en barrer con décadas de abusos, amiguismo, pitutocracia y traición al pueblo.