POLÍTICA Y GOBIERNO:

POLÍTICA Y GOBIERNO:
12/04/2025
POT-PURRI Y/O POPURRI
Parásitos Mentales
La expresión que encabeza este blog, tiene además de la acepción musical -que es la más común- la de un guiso español; y según la RAE, el de cajón de sastre o mezcolanzas de varias cosas, que es lo que nos ha brindado el acontecer nacional en los últimos días. Y no precisamente que permitan enorgullecernos. Otro significado es de muy antigua data, es que los nobles usaban perfumes y fragancias para ocultar los malos olores e incluso cubrían el piso con hierbas y flores para tal objeto. El subtítulo corresponde al reciente libro de A. Kaiser, a la pandemia que asola a Occidente y que al igual que el COVID ha llegado a nuestros lares, afectando el pensamiento racional de gran parte de la población. Propagada “por universidades, medios de comunicación, políticos, el arte y la cultura, lo que trae consecuencias devastadoras”.
Partimos por el individuo que habita el cargo de mandatario, que, pese a la vacuna y a la cámara hiperbárica no le han impedido seguir hablando estupideces, hiperventilarse donde se pare. Este imbécil -pero con respeto- no encontró nada mejor que tirarse contra Trump diciendo que se cree emperador. Le parece poco los desaguisados con el rey de España, Israel y Argentina. Con razón dicho mandatario los trató de “holowed”, es decir hueco, vacío, o en lenguaje criollo: “ahuevonado, y que se preocupara mejor de su país. Este palurdo ganapán se cree aún dirigente estudiantil o presidente tan solo del Frente Amplio: y para más remate, ignorante en grado superlativo, al decir en su reciente visita que India y Chile comparten el Océano Pacífico.
Otro elemento de este cajón de sastre -que ya parece de basura- es el de la reina de los certificados de falsos exonerados, la senadora Isabel Allende. Profitó del Congreso por más de 30 años, llegando a ser presidente de la Cámara y luego del Senado. Sin embargo, no podía desconocer que los parlamentarios no pueden suscribir contratos con el Estado, pues ocasiona el cese de su cargo. Cualquier alumno con octavo básico y que haya leído la CP se habría percatado. El problema es que el poder está tan prostituido que se creía que la “vacuna” de esta pandemia la dejaría inmune. Por eso extraña que la votación del Tribunal Constitucional no haya sido unánime, porque pese a lo anterior dos miembros votaron en contra. Al igual que en la Cámara no haya prosperado la acusación constitucional contra la exministra de Defensa, nieta de Allende, como lo aseveró la diputada Pamela Jiles, quien además expresó que incluso Boric debería ser acusado constitucionalmente por haber firmado del decreto. “By the way” en “tono farándula o pelambrillo”. La susodicha agregó que en las reuniones del Frente Amplio el olor a pisco sour y cordero magallánico era insoportable. Toribio acota que a lo mejor omitió el olor a hierba, pero no de la aromática ya mencionada, sino de la otra, por la cual algunos parlamentarios se han opuesto al examen correspondiente.
Lo que resulta inconcebible, es que existan dirigentes del PS que recriminen el papel del TC, porque los parlamentarios fueron elegidos por el pueblo y podrían estar afectos a otras sanciones, pero no al cese del cargo. No hay duda que si hubiese sido de la derecha estarían aplaudiendo. Otro de los parásitos mentales, es el embajador de Chile ante EE.UU., Gabriel Valdés, participó abiertamente en la proclamación de la candidata demócrata y ahora se suma a las critica del TC.; el propio ministro Elizalde, amigo de un exalcalde y ex vice pdte. del PS que hoy cumple arresto domiciliario total por su gestión en San Ramon y nexos con el narcotráfico, declaró que se sentaba un pésimo precedente cuestionando al mismo Tribunal. Y la guinda de su torta: la Fiscalía Sur reabrió una causa por su licencia de conducir, viciada en dos oportunidades al dar falsos domicilios.
Y como no todo lo que brilla es oro, el ministro de Seguridad, Luis Cordero, que fue sumariado en la Universidad de Chile por plagio y sancionado con dos meses de suspensión como profesor y rebaja del 50% de su sueldo, acaba de nombrar 12 seremis sin ninguna experiencia en seguridad y entre ellos un abogado que defendió a uno de los presos del octubrismo, al que Boric visitó en la cárcel y hoy se encuentra prófugo de la justicia. Flor de ministros que nos gastamos, pero suma y sigue. La ministra Orellana, a 80 años del Nobel que recibió nuestra insigne poetiza Gabriela Mistral, y que en estos días se cumplieron 136 años de su nacimiento, tenía que hacer presente su presunto lesbianismo, que siempre se mantuvo en reserva y muchos lo desconocían, como si ello hubiese influido en sus éxitos que nos llenan de orgullo.
Otros han ido más lejos aún en el apoyo a la senadora Allende, que tanto su padre como la Tencha dejaron un gran legado, como si ello la dejara al margen de su conducta que vulnera la CPE. Pero de que legado me hablan. Toribio, para no caer en misoginia y farandulizar esta columna, se abstiene. Q.E.P.D.
El cajón de sastre que ya parece basurero, tiene aún mucho espacio. Pero esta vieja pluma no quiere abusar de los pacientes lectores. Gonzalo Winter, diputado y candidato del F.A, es otro fracasado que se echó 12 exámenes y obtuvo su título de abogado después de 14 años. Acaba de confesar públicamente que es necesario institucionalizar la participación ciudadana de algún tipo de poder popular, para que no haya más exclusión y no nos veamos, no tengamos que quemar la ciudad para ser escucado”. Plop. Por la boca muere el pez. A confesión de partes, relevo de pruebas
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)
Renato Garin se refiere a sus ex compañeros de ruta, en especial a Gonzalo Winter…:
https://youtube.com/shorts/q8Z4F7JAAWw?si=agLA-IHEJBve4iV2
1 y 2 de abril
Hermógenes Pérez de Arce | Sección: Historia, Política
El 1 de abril de 1991 fue asesinado el senador de la UDI, Jaime Guzmán, por el brazo armado del Partido Comunista. Había votado en contra, en el Senado, el proyecto propiciado por el presidente Aylwin para indultar a los casi mil terroristas y delincuentes mantenidos presos por su antecesor, el presidente Pinochet. Gracias a esto último Chile estaba pacificado, con la menor tasa de homicidios del hemisferio, sin conflicto en la Araucanía (cuyos caciques habían premiado al mandatario en agradecimiento), sin inmigrantes ilegales, bajo un clima general de paz interna y, en lo externo, a la cabeza del crecimiento en América.
El mundo comentaba el “milagro chileno” y el inglés Niall Ferguson, en su libro The Ascent of Money comentaría: “los primeros fueron los militares chilenos. Thatcher y Reagan vinieron después”.
Pues, en efecto, el régimen en el cual Guzmán había sido principal consejero presidencial había generado prosperidad, libertad, democracia y orden. Imperdonable. Había que matarlo.
El 2 de abril, pero de 1957, el Partido Comunista había perpetrado su enésima insurrección, desde su fundación en 1922, en 1948 había sido puesto fuera de la ley por Gabriel González Videla mediante la Ley de Defensa de la Democracia. La “ley maldita”, según ellos, pues no les permitía urdir desde dentro del régimen la toma del poder total.
Ibáñez, cuyas políticas económicas habían generado la mayor inflación entonces en la historia del país, debió aplicar políticas estabilizadoras “impopulares”, aconsejadas por la Misión Klein-Saks, traída de los EE. UU. Algún consejero político de cortos alcances le debe haber dicho a Ibáñez que, para tranquilizar a la extrema izquierda en plena recesión, le hiciera un gesto, derogando la “ley maldita”. Entonces los comunistas le “agradecieron” iniciando una violenta revolución que destruyó el centro, derribó todos los postes y asaltó las principales tiendas de Santiago.
Pero al general no le iban “a venir con cosas”: sacó las tropas a la calle y terminó el estallido al día siguiente de comenzado, con el correspondiente saldo de caídos. En ese tiempo los uniformados podían usar sus armas de servicio. Y los comunistas no habían formado todavía Amnesty International, creada en 1954 para inmovilizar la autodefensa de la autoridad, como en 1973-1990, cuando se ganó la guerra de las armas y de la economía, pero se perdió la posguerra de las palabras, el “relato”.
Consecuencia, Chile ha vuelto a caer en manos de los rojos en 2021. ¿Alguien lo salvará por segunda vez?
Nota: Este artículo fue publicado originalmente en Blog de Hermógenes el miércoles 2 de abril de 2025.
El Frente Amplio y la desinformación
Por Guillermo Pérez
“La desinformación es un peligro grave para las democracias y las sociedades y ellos [la derecha] la utilizan como arma política para confundir y engañar”. Esta fue parte de la respuesta del Presidente Gabriel Boric para quienes desde la derecha pidieron explicaciones por una supuesta foto suya en estado de ebriedad durante el fin de semana.
Aunque por supuesto resulta de interés público dilucidar la verosimilitud de una imagen de esa índole, Boric tiene razón en una cosa: las fake news son riesgosas para la estabilidad de nuestro sistema democrático. Hay abundante evidencia sobre el modo en que ellas operan y los incentivos perversos que generan en las decisiones de los votantes. Sin embargo, el Presidente se equivoca profundamente al pensar que esto es un problema exclusivo de las llamadas derechas radicales. El sistema político en su conjunto está atravesado por este tipo de dinámicas y la izquierda que él lidera ha tenido enorme responsabilidad en promover lógicas que alientan las fake news y la desinformación.
Basta pensar en algunos ejemplos recientes. Según los parlamentarios frenteamplistas, el TPP-11 generaría las peores calamidades para Chile. El entonces diputado Gabriel Boric, por ejemplo, afirmaba con total seguridad que este tratado permitía a las empresas transnacionales demandar a Chile si es que se desarrollaban políticas públicas laborales que dañaran su patrimonio. De acuerdo con las palabras del diputado Ibáñez, Chile estaba cediéndole soberanía a un grupo de corporaciones extranjeras. Según el diputado Winter, los trabajadores podrían perder vacaciones, postnatal o indemnización por despido si nuestro país firmaba el acuerdo. Nada de esto ha pasado. De hecho, el tratado hasta ahora solo ha reportado beneficios para Chile.
Frente a esto, la diputada Gael Yeomans señaló la semana pasada que la discusión se hizo sin tener todas las cartas sobre la mesa. Lo que muestra esta frase es que no solo desinformaron entonces, sino que lo siguen haciendo. En realidad, sí contaban con todos los antecedentes necesarios, pero optaron por una postura construida sobre medias verdades, ajustada estratégicamente a sus discursos grandilocuentes.
La columna de Giorgio Jackson del fin de semana pasado en La Tercera, titulada “El móvil del Frente Amplio”, también es un ejemplo del mismo problema. El exministro le atribuye al Frente Amplio una serie de avances (y medidas polémicas) que pertenecen a otros gobiernos u oposiciones mucho más leales con la democracia que ellos. Además, Jackson afirma que “durante la mayor crisis política desde la vuelta a la democracia, el FA puso todo su capital a disposición de una salida democrática al conflicto, aunque haya significado un costo en popularidad”. Nada más lejos de la realidad. Otro intento de tantos por reescribir la historia reciente.
El Frente Amplio intentó botar al gobierno democráticamente electo dos veces, instigó la violencia en las calles (“¿cómo quieren que no lo quememos todo?”), motivó a los jóvenes a saltarse los torniquetes (“gracias por todo cabr@s”, escribió Jackson en Twitter), algunos inventaron centros de tortura en estaciones de Metro, e hicieron todo cuanto pudieron para hacer imposible la administración de Piñera.
Durante la pandemia ocurrió algo parecido. Según ellos, el gobierno de Sebastián Piñera intentaba matarnos. La dictadura sanitaria, le llamaban. Veíamos al actual ministro Pardow en televisión dando cifras y promoviendo medidas imposibles de cumplir; a Izkia Siches criticando todas y cada una de las decisiones del gobierno. Nada estaba bien, ni siquiera la vacunación en tiempo récord.
Esta es la lógica del Frente Amplio. Así han operado desde sus comienzos y ejemplos de fake news y desinformación hay tantos que no caben aquí. Para armarse políticamente construyeron un relato del Chile de los 30 años basado en medias verdades y frases estruendosas alejadas de la realidad como “Chile es el país más desigual del mundo” o “Chile tiene la misma desigualdad que Haití”. Puras mentiras. Tenemos múltiples problemas, el malestar social no es un invento, pero el diagnóstico que construyó el Frente Amplio estaba lejos de la realidad.
El oficialismo haría bien en dejar de culpar de los problemas de la democracia a su adversario y empezar a asumir sus responsabilidades en la crisis que vivimos; bajar del pedestal moral de una vez por todas y comprender que ellos han sido los precursores de las dinámicas que acusan. De hecho, ellos son los grandes protagonistas de la desinformación en la política chilena de la última década. Abran los ojos y miren su propio descampado.
Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Líbero el miércoles 2 de abril de 2025.
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