POLITICA Y GOBIERNO



POLITICA Y GOBIERNO

Escándalo Nacional:

 

 

 

La metamorfosis

Por Rodrigo Ojeda 

La trama tras la pluma de Kafka mezcló la realidad con la fantasía. La vida de la familia Samsa despertó. El protagonista se transformó y provocó un cambio abrupto en las relaciones domésticas además de contradicciones familiares. La metamorfosis es “una transformación de algo en otra cosa” y va más allá de la literatura. En Chile, la candidata del continuismo, frenteamplismo, comunismo y octubrismo, ha recurrido a una metamorfosis electoral y mediática. Posa de socialdemócrata, pero no lo es. Dice ser de centroizquierda y no lo es. Jeannette Jara adscribe a una ideología totalitaria y posee una disciplinada militancia comunista. Su programa de gobierno “plantea un aumento del Estado y una gran expansión del gasto público, con una orientación ideológica en derechos sociales universales, redistribución y enfoque de género”. Jara se presenta “falsamente como una candidata moderada”, según Daniela Carrasco.

La segunda vuelta presidencial enfrenta dos visiones de ser humano y de mundo. El comunismo no es democrático y su legado histórico es criminal. No importa cuando lo leas. La academia progresista, local e internacional, ha recubierto con un manto de buenas intenciones y derechos sociales la eterna lucha de clases. Hoy, los enemigos del pueblo son los empresarios, el patriarcado, el fascismo y los poderosos de siempre. El catálogo de denuncias aumenta y la lucha es infinita acorde a la ley histórica del marxismo. Sospechosamente, el comunismo goza de “tolerancia e impunidad”, además de una amnesia histórica conveniente para la bolsa de empleo de académicos e intelectuales antifascistas. “Con el facho no se discute, se lo combate”. La candidata Jara ha señalado en estos días que Kast es un peligro para las mujeres recurriendo al manual del antagonismo y la odiosidad. Es el enemigo de las oprimidas y de las “conquistas sociales”. El feminismo de nicho despertó y marchó por las grandes alamedas denunciando los riesgos de la ola machista. Ese feminismo no ha marchado por las mujeres violentadas en las poblaciones ni las secuestradas por la narcocultura, su lucha no incluye a todas. Kast es descalificado moralmente, y presentado en el relato callejero como un peligro para la democracia, los derechos sociales y las mujeres. “Dime cómo defines al partido que aborreces y te diré por quién votas”, según Alejo Schapire. En rigor, la derecha no es fascista ni antidemocrática, tampoco lo es Kast.

La metamorfosis de la candidata es evidente, su “abajismo de ocasión es un insulto” y su desmarque del gobierno de turno es poco creíble. Tiene diagnósticos y recetas para todos los males de Chile, olvidando su labor ministerial. “La seguridad y el orden son condiciones básicas para la vida y la cultura”, según Lucy Oporto. Tal vez, Jara se siente más cómoda bailando que respondiendo en los debates. Declara su preocupación por los problemas en seguridad y orden, omitiendo su actuar y declaraciones durante el “estallido social”, además de las votaciones en esas temáticas de la bancada comunista en la legislatura reciente. Su receta estatal es añeja y fracasada.

Los peligros para la democracia y la sociedad libre son: la delincuencia, el narcotráfico y la narcocultura, el crimen organizado, el irrespeto de las normas y las leyes, el terrorismo, el estancamiento económico y la falta de oportunidades. El comunismo es un retroceso civilizatorio y un paréntesis sangriento en la historia de las libertades. Su implementación significó la deshumanización de millones de inocentes, no es una democracia distinta. La metamorfosis no es suficiente. El 14 de diciembre del presente se juega algo más que una segunda vuelta presidencial, hay que volver a rechazar las pulsiones refundacionales y a la candidata del comunismo. Es un deber democrático derrotarlos en las urnas.

 

Nota: Este artículo fue publicado originalmente por El Pingüino el domingo 30 de noviembre de 2025.