POLITICA Y GOBIERNO

Fuera Boric

Boric está “deconstruyendo” Chile y transformándolo en otro país comunista más, como los pocos que van quedando. Ya es el que más decrece en América Latina, como lo era en 1973, bajo otro gobierno comunista. Apenas le quedan hoy defensas ante el avance rojo, porque la centroderecha sigue liderada por el mismo Piñera que rindió la democracia, sin defenderla, en 2019. La élite empresarial, entreguista como aquél, impulsa concesiones que llama “sensatas” (cuando vea esa palabra, sepa que implicará algo bueno para el comunismo y malo para la libertad). Los entreguistas, se han asociado con Boric en un “Acuerdo por Chile” para derogar la Constitución y la subsidiariedad estatal, que es lo que más interesa suprimir al comunismo. Pero precisamente ella es la base del gran desarrollo alcanzado. Hoy, ante los cercanos comicios del 7 de mayo, el único refugio de la sociedad libre es el Partido Republicano.

Entretanto, Boric persigue transformar Chile a través de una reforma tributaria, ya despachada por la Cámara, que expulsará del país a la gente más pudiente, impulsora del 80% de la inversión. La inversión extranjera aumentó el año pasado gracias a la reinversión de las utilidades tributables exentas de impuesto, que la reforma gravará, de manera que en lo sucesivo esa reinversión desaparecerá.

A su vez, la reforma previsional de Boric pondrá en manos del Estado miles de millones de dólares, hoy privados, que la burocracia llevará a compañías o sectores que considere prioritarios para la causa comunista. Además, ésta podrá inmiscuirse directamente en la administración de las empresas, a través de la selección y nombramiento de sus directores. “Esto no parece un resultado fortuito, sino estratégico”, ha dicho El Mercurio, que ha añadido: “De aprobarse la reforma el Estado tendría la posibilidad de no sólo dirigir miles de millones de dólares de ahorro a compañías o sectores que el Estado considere prioritarios, sino que, además, inmiscuirse directamente en …la selección y nombramiento de sus directores” (25.02.23, p. A3).

Ahora mismo ya la propiedad no es respetada. Ayer murieron tres personas en Teodoro Schmidt, porque un propietario legal quiso impedir la ocupación ilegal de su predio. Miles de terrenos han sido ocupados iimpunemente y siguen así. El crimen y los delitos proliferan como nunca: La inmigración está descontrolada. La gente tiene miedo de salir a la calle, subirse a un auto y, dentro de poco, lo tendrá de estar en casa, pues el gobierno comunista anuncia la confiscación de las armas legalmente inscritas. Preservará así el monopolio de los asaltantes..

La justicia de izquierda persigue hoy a los agentes del orden con más celo que a los delincuentes. No respeta las leyes en juicios contra militares (r) que los combatieron. Otro poder público, el Parlamento, se atribuye facultades del Ejecutivo (“parlamentarismo de facto” confesó un senador de izquierda). Se violan así la Constitución y las leyes y no pasa nada. Los padres ven amenazada por el Estado su misión de educar a sus hijos. En la salud está desapareciendo la alternativa privada de las isapres. A este caos algunos lo llaman “anomia”, otros “distopia”, pero es la antesala del asalto al poder del comunismo.

En general, el Ejecutivo no es capaz de garantizar orden público ni soberanía, y ya hay un territorio, otrora chileno, al cual el gobierno no puede ingresar.

La Constitución vigente, en su art. 53 N° 7, faculta al Senado para poner término al mandato del presidente si un impedimento físico o mental lo inhabilita para el ejercicio de sus funciones. En 1973, bajo una Constitución que no reconocía al Senado la señalada facultad, una mayoría  representativa del sentir predominante llamó en la Cámara a poner término a la dictadura comunista de Allende, que también había sembrado el caos. Fue escuchada por los militares. Hoy el tema es sólo civil: una mayoría responsable de senadores puede declarar, con estricto apego a la Carta y habiendo una causal pública y notoria de inhabilidad mental del presidente, el término del régimen comunista de éste.

Una multitud se reunirá en la Plaza de la Constitución el sábado 11 de marzo a la 10 de la mañana para pedir esa declaración. Se debe asistir. El Senado debería prestarle oídos. Y así Chile podrá elegir un nuevo gobierno que, a juzgar por el resultado del reciente plebiscito del 4 de septiembre pasado, representará mejor las virtudes del régimen de libertades que nos constituyó hasta hace poco en democracia ejemplar.

Hermógenes Pérez de Arce

 

 

Lo Miro a los Ojos, señor Boric

Osvaldo Rivera Riffo, Presidente
Fundación Voz Nacional

En la columna anterior indique que todo apuntaba a que esta escalada de incendios obedecía a un plan siniestro de la izquierda extrema que apoyada por terroristas fuertemente armados con armas de guerra golpean la zona centro sur del país.

Las denuncias y las pruebas que demuestran lo anterior están a la vista y así se lo han hecho ver a la fiscalía, al ministerio del interior, a las autoridades regionales etc. etc. etc.

Pero todo sigue un curso programado, gran parte del gobierno en vacaciones. La ministra de RREE acusó el golpe de su desprolijidad y falta de preocupación por coordinar la ayuda internacional y resolvió reasumir el lunes 13 de febrero de su “descanso” en Costa Rica
Los empresarios han ido uno a uno haciendo ver la gravedad del problema y tal como lo indicara en las líneas de la columna “El país en llamas “esta situación acarreará a todos los chilenos consecuencias muy serias en lo económico/social y en lo político, Sin duda un desembolso gigantesco de dinero para sostener la ilegalidad de un proceso constitucional en el cual la gran mayoría del país no cree y rechaza con energía el partidismo político que se ha adueñado de Chile.

Los ataques con armas a la población en distintos sectores incendiados, como los disparos efectuados a helicópteros que controlan el fuego habla claro de una desestabilización institucional cuyo propósito es acercar más a sus intereses la revolución refundacional propiciada por el comunismo, frente amplio y todos los grupos que apoyan al actual gobierno.

El día 10 de febrero cuando escribía esta columna leí en El Líbero lo siguiente “Ataques a las torres de retención de incendios, amedrentamiento al personal de bomberos y brigadistas, caminos obstaculizados, daños a las redes de comunicación, incendios recurrentes en un mismo lugar que antes habían sido completamente extinguidos y los llamados “multifocos” son algunas de las acciones del sabotaje que han tenido que enfrentar quienes se hacen cargo de combatir el fuego que azota en la Araucanía y el Biobío”.

El Sistema Nacional para la Prevención y Mitigación y Atención a Desastres (Senapred) informa qué hay 323 incendios en el país de los cuales 150 están ocurriendo en la Araucanía y 105 en Biobío y los 28 detenidos como causantes de los incendios intencionales, dejan muy pocas dudas de su acción coordinada para destruir 343.000 hectáreas, a la fecha.

Sin embargo se han informado 1.120 focos de incendios con presunción de intencionalidad. Los brigadistas forenses de Conaf han informado 478 (43%) y los de empresas forestales, 642 (57%)

Para explicar esta situación se buscan diversas excusas que soslayan el problema de fondo, sin mencionar por parte de las autoridades qué hay una acción subversiva desestabilizadora del orden institucional en marcha.

Esto queda demostrado por las recientes declaraciones del Señor Boric quien en un punto de prensa, refiriéndose a los ataques con armas de fuego a los servicios aéreos que están impidiendo la propagación de los incendios, indicó que se perseguirán y que “les va a costar mirar a los ojos, después”

¿Será posible tanta miseria espiritual, tanta simpleza brutal para referirse a la destrucción de la Nación y al despojo de la República? ¿A quien más le puede interesar que un país quede destruido en sus fuentes productivas, cosechas quemadas, miles de familias con sus hogares quemados, caminos e infraestructura aniquilada por efecto de las llamas?

¿A quiénes otros, si no a quienes han llamado a destruir el país para la refundación para después, desde la pobreza, sojuzgar al pueblo bajo el yugo de la dictadura?

Yo no soy político ni delincuente, señor Boric y no me cuesta nada mirarlo a los ojos y demandarle que sincere su verdad.

Carlos Larraín: «Hay un propósito permanente del gobierno de dar un golpe de Estado institucional»

Alejado desde hace algunos años de la primera línea de la política, el ex timonel de Renovación Nacional y ex senador analiza con El Líbero lo que ha sido el primer año del Presidente Boric en La Moneda. A su juicio, es un gobierno «subversivo y con un pie en la calle». Sobre el rol que debe jugar la oposición, sostiene que para recuperar el poder «sólo le basta interpretar con inteligencia al 62% que rechazó el esperpento revolucionario». «Basta con que la derecha haga lo contrario del gobierno y le acertará siempre», concluye.

por Jaime Sánchez27 febrero, 2023

-¿Como definiría Carlos Larraín el primer año de gobierno del Pesidente Boric?

– Todo ocurrió como se había advertido: el gobierno es el trompetero de los años malos que se nos vienen.

Y ante esto… ¿está conforme con el rol que ha jugado Chile Vamos como oposición? ¿Ha sido una oposición dura o blanda?

-Ni dura ni blanda. Algunos estuvieron ocupados con el plebiscito de salida. Recordemos que varios venían del Apruebo para la hoja en blanco. ¡Dios los guarde! Pero se ha visto a unos cuantos diputados con voluntad de resistir y un buen número de senadores han sido cruciales en la coyuntura.

-¿Cuál es a su juicio el papel que deben ocupar Chile Vamos y la centro derecha a partir de este segundo año?

-No es «un papel a representar». Deben convencerse de que estamos desafiados por el propósito permanente de golpe de estado institucional.

¿Cree que hay intento de golpe de Estado a las institucionalidad del país por parte del gobierno?

-Esto es crudamente manifiesto desde octubre de 2019 y la operación de la constituyente lo cristalizó a prueba de tontos. La oposición completa debe mirar con lupa todos los actos del gobierno.

Larraín: «Pronto veremos cómo se socava desde arriba el nuevo proceso constitucional»

¿Cree que hay un riesgo de caer en el populismo o en formas que destruyan la institucionalidad? ¿No lo deja tranquilo el nuevo proceso constitucional y las bases institucionales que se establecieron?

-En la demagogia ya estamos instalados. Se miente por sistema para procurar afirmarse en el poder. Pronto veremos cómo se socava desde arriba el nuevo proceso constitucional, porque ofrece la posibilidad de mantener la continuidad institucional que ellos quieren romper. Es muy probable que se intente un tercer golpe de Estado: octubre y noviembre del 2019, el primero; el segundo, la constituyente afiebrada y controlada por inútiles subversivos. Mientras tanto no ceja el desorden interno y la violencia dirigida que seguirá operando a medida que avance el proceso constitucional. Sitiado por la demagogia.

-¿Qué le parece el hecho de que Chile Vamos y Republicanos finalmente vayan en listas separadas a la elección del consejo constituyente?

-Creo que esto es una equivocación y es culpa de moros y cristianos. Para enfrentar a  Allende fuimos capaces de aliarnos la derecha, los Radicales y la Democracia Cristiana y eso que la amenaza totalitaria era mucho menos viable porque las instituciones conservaban el prestigio republicano, el personal de la iglesia católica y los uniformados tenían merecida influencia y, por último, porque no existía aún el ambiente cultural decadente que hoy nos invade, pero que alimenta sobre todo la izquierda con gente mal formada y que se concentra en la primera persona: yo, yo y yo y al país que se lo coman las merluzas. ¡Puro Nietzche!

Ex timonel de RN: «Gobierno subversivo» y «con un pie en la calle»

-¿Cómo ve a la centro derecha en Chile y cuál cree que es su relevancia para los años que vienen? ¿Teme que quede desdibujada con la aparición de Republicanos?

-Las distintas formas que toma la derecha entre nosotros tiene una oportunidad irregular para ayudar a reconfigurar la vida en sociedad. Sólo le basta interpretar con inteligencia al 62% que rechazó el esperpento revolucionario. Esta es una base amplísima que debe ser recogida. Por ejemplo, esa mayoría es aún mayor cuando se trata de impedir el guantazo sobre los fondos de pensiones. Me pregunto: ¿Los parlamentarios han estudiado el cuadro a fondo con expertos como para no solo rechazar el designio  expropiatorio, sino para mejorar el sistema vigente? ¿Se habrán ponderado las consecuencias de que un gobierno subversivo con un pie en la calle se apodere de 200.000 millones de dólares? ¡Qué no se puede comprar con esa billetera gigantesca!

-¿Qué autocrítica le cabe al sector y RN por esta situación del país que usted describe?

-Procede  una autocrítica muy dura. El centro del problema estuvo en dejarse dominar por el señor Piñera y su equipo de tercera división. Esto nos mató, porque se silenciaron las ideas seminales de la derecha chilena reformuladas en lo necesario. Nos engolosinamos con el exitismo económico empobreciendo el diagnóstico de la vida social y abrazando un individualismo propio del liberalismo austriaco, fundamentalmente un mecanismo económico que se nos sirvió como a los gansos del «foie gras».

-¿Se debió haber corregido ese modelo antes?

-Las cabezas parlantes no quisieron entender que la economía de mercado en esa versión se había agotado precisamente por su éxito: un aumento de la prosperidad general. Quedó sin atención el otro pulmón de la vida civilizada: la sociedad y sus órganos intermedios, la familia, un impulso a la natalidad, atención a las zonas extremas muy debilitadas ya entonces, todo esto con la luz que nos daba el cristianismo todavía entonces influyente en nuestra cultura.

Ex timonel de RN: «Basta con que la derecha haga lo contrario del gobierno y le acertará siempre»

Pero la derecha favoreció este modelo que usted cuestiona…

-Nosotros siempre sustentamos la importancia de lo institucional, incluso al apoyar el golpe militar, precisamente para impedir que se instalara un Estado totalitario negador de nuestra historia. En cambio los dos  gobiernos de Piñera fueron plagados de tincadas y rebotes «instintivos», desde la cancelación de la central Barrancones hasta la entrega de la Constitución del 2005. Esa misma falta de personalidad en la derecha explica que Piñera lograra imponer con trampas a la hija de un integrante de la junta el año 40 del golpe y que en el curso de la campaña presidencial su promotor denunciara a los «cómplices pasivos» del gobierno militar. Toda esta maroma indecente se hizo para ser sucedido en el gobierno por la Concertación, reforzada por el PC. De la nueva capitulación de gobierno el año 2020 sin Constitución efectiva y la violencia convertida en factor político, mejor no hablar porque las noticias diarias nos tiran puñadas de sal en las heridas.

A la luz de la situación actual del país y de los resultados del plebiscito del 4 de septiembre ¿podría estarse dando una revalorización de los valores de la centro derecha?

-Sin duda es así. Ya vimos el efecto del rechazo a la Constitución trucha que era en rigor el programa de gobierno del Frente Amplio y el PC. En esa mayoría hay material de sobra para restaurar la República y además cada día recibimos otros chicotazos esclarecedores: la alfabetización del ministro especializado; el antisemitismo descarado del gobierno; el internacionalismo fraternal con Argentina y Brasil, con Maduro y con Cuba. Basta con que la derecha haga lo contrario del gobierno y le acertará siempre. No puede ser más fácil, pero es necesario unidad, análisis, consistencia y coraje para resistir el embate. Evoco con nostalgia la valentía de Don Onofre Jarpa cuando decía a los llorones de 1971: «No se queje y haga lo suyo».

 

 

*LA INERCiA DESTRUCTIVA*

Por: Nicolás Kipreos

Frente a la incapacidad e inacción del estado, callamos. Frente a la complicidad del gobierno con el terrorismo y la delincuencia, callamos. Frente a la corrupción, callamos. Frente al abuso, mientras no nos afecte, callamos. Así avanzan y avanzan, destruyendo nuestro país.

La sociedad escucha, calla y aguanta, pues si bien es fácil repartir culpas, sobre todo en privado, no lo es tanto exigir cuentas a los responsables del desastre que vive Chile. En el entramado nacional ese es el meollo: en este país no hay culpables.

Hay malestar, pero silencioso, que explota solo en las esferas internas. Los líderes políticos no tienen crédito, pero al margen de que las críticas llueven sobre ellos, tampoco emergen liderazgos que hagan la diferencia, y para colmo surgen los mismos de siempre, a tal nivel que ya suenan MEO y Parisi. El momento es así de complejo, las personas y nuestra sociedad necesitan urgentemente de sentido de común, de volver a la normalidad. A vista y no menor paciencia nos están cambiado todo. ¿Hasta cuando lo toleraremos?

En sociedades sometidas por los poderes del Estado, que hacen y deshacen a su antojo, desde la evasión de deberes, la corrupción de responsabilidades y compromisos, con las injusticias resultantes, en todas sus modalidades, después de tibios pataleos, son primero toleradas, luego aceptadas, más tarde adoptadas, y, por último, naturalizadas.
Así estamos en un país en donde puede pasar cualquier cosa y nadie hace nada.

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