RESPONSABILIDAD DE MANDO Y DEBER DE OBEDIENCIA



RESPONSABILIDAD DE MANDO Y DEBER DE OBEDIENCIA

Por Humberto Julio Reyes

Los conscriptos que servían en las Fuerzas Armadas el 11 de septiembre de 1973 y días posteriores, fueron llamados a cumplir con su Servicio Militar Obligatorio y acuartelados durante el gobierno de la Unidad Popular.

Menos que nadie podían imaginar lo que les tocaría vivir mientras cumplían con ese deber ciudadano.

Eran todos menores de edad, salvo casos excepcionales.

Como parte de su formación militar se les inculcó el deber de obediencia respecto a las órdenes de sus superiores y lo juraron ante Dios y la bandera de la Patria.

Dado que se encontraban en el último nivel de la escala jerárquica, no les correspondía analizar el tipo de órdenes que recibían sino que limitarse a cumplirlas con prontitud y puntualidad.

Como contrapartida, sus superiores directos, muchos también menores de edad, entendían que era su deber indelegable responder por las órdenes impartidas.

Sólo en los niveles superiores de la conducción militar cabe la posibilidad de deliberar, no necesariamente para desobedecer o suspender la ejecución de una orden, sino que también para apreciar y resolver la mejor forma de cumplirla.

Hoy, transcurridos 50 años, esos conscriptos que fueron licenciados sin beneficio alguno, se aproximan a la tercera edad, carecen de pensión y han sido enviados a prisión por tribunales ordinarios que los juzgaron como simples particulares que fueron autores, cómplices o encubridores de delitos comunes.

Ignoramos si, en su momento, sus abogados alegaron como minorantes o eximentes su minoría de edad o el haber cumplido con el deber de obediencia, pero ahí están, cumpliendo penas impuestas sin debido proceso, en un remedo de juicio imparcial donde la condena se les iba a imponer a todo trance.

Puede entenderse que, originalmente, los ministros de fuero se ensañaran con aquellos mandos sobre quienes cabía responsabilidad por acciones u omisiones de sus subordinados, pero, normalizar la prisión de los jóvenes conscriptos de esos años, es un despropósito que no sirve a la justicia.

30 de jun. de 24