SRES. POLITICOS ¡NO HAY YA COMO CALIFICARLOS!…
SRES. POLITICOS ¡NO HAY YA COMO CALIFICARLOS!…
¡Espantapájaros y Anfitriones!
No cabe la menor duda que la saga de memes originada por los conejos pirómanos del ministro Carlos Montes, constituyó un elemento adicional al festival de Viña del Mar, evento que en el transcurso de los años ya no puede afirmar que es el mejor de Hispanoamérica en el mundo. Ha sido una expresión más ─desafortunada a juicio de Toribio─ para intentar maquillar el caos de los incendios del sur y de la crisis económica que nos continúa amenazando a pesar de la lluvia de bonos con que se pretende paliar a los sectores más desposeídos, ante la incapacidad del gobierno para impulsar la creación de empleos, cegados por su ideologismo de destruir los últimos vestigios que le dieron prosperidad a nuestro país en los últimos decenios, dando lugar a una larga cadena de subsidios y crear así una codependencia que les asegure en el poder y mantenerlos en la pobreza.
Sin embargo, pese a los esfuerzos del mismo ministro para justificar sus insólitas afirmaciones, independiente de los porcentajes de incendios intencionales que se discuten, ha quedado absolutamente claro las manos del terrorismo vigente en dicha zona, que por lo demás fuere anunciado hace algunos meses por el vocero de Temucuicui, ratificado por la senadora Campillay que llamó a quemarlo todo y por otros ejemplares que se dicen progresistas.
Aún en medio de la parafernalia desatada en los medios por el festival de Viña, lo que demuestra la falta de interés en los verdaderos problemas a que nos enfrentamos los chilenos, el gobierno publicó un nefasto de Decreto con Fuerza de Ley aprobado ampliamente en el Congreso con votos incluso de la derecha, a pesar de las objeciones previamente precisadas por los CC.JJ. de las Fuerzas Armadas de la inconveniencia de asignar a dichos organismos tareas de orden público como reza: para el resguardo de las siguientes zonas fronterizas, con el propósito de contribuir en el control migratorio y en la detección de crímenes, simples delitos y faltas en las áreas que se indican (…) propias de ambas policías, dejando traslucir en primer lugar, la ignorancia en quienes los chilenos eligieron para ser representados y por otra, el grado de inconciencia por legislar apresuradamente a pocos días del cese de las actividades legislativas. De esta forma, producto de una distorsión del concepto de la polivalencia de las fuerzas armadas, utilizado centenariamente en casos de desastres naturales, emergencias, apoyo a la población civil en áreas aisladas o en la construcción de la carretera austral y otras vías, que no requieren el empleo de la fuerza ni de las armas, le son asignadas tareas en las cuales no podrán hacer uso de ellas y sometidas a un largo trámite en el contexto de tareas asignadas ajenas a lo previsto en la C.P.E.
En efecto, en virtud de este DFL las fuerzas armadas deberán seguir las siguientes instrucciones de Orden Público: Control de Identidad, Control de Identidad Preventivo, Detención en hipótesis de flagrancia, Colaboración en el Ingreso y egreso de extranjeros del territorio nacional y en la fiscalización de la legalidad de su estadía, sujeto a plazos y formalidades que se establecen, los cuales ordinaria e históricamente han sido cumplidas por Carabineros, Policía de Investigaciones y Aduana, con larga experiencia acumulada a través de los años, y que las FF.AA. deben cumplir de la noche a la mañana, previa capacitación porque así lo dispone la norma. De esta manera los señores políticos se lavan las manos ya que todo está previamente regulado. Pero resulta que el problema no es solamente de migrantes, para ello solo bastaría una adecuada ley de inmigración. La existente pese a sus modificaciones ha resultado absolutamente ineficiente y ha permitido una persistente inmigración ilegal a través de pasos no inhabilitados ─otrora protegidos por campos minados que la democracia determinó levantar─ y que en la actualidad es el paraíso para coyotes, narcotraficantes, crimen organizado, delincuentes, y extranjeros que escapan de sus raíces porque en Chile han encontrado libertad, condiciones de vida y asistencia que superan a la de muchos nacionales, sin jamás haber puesto un solo peso en Chile. Recurriendo a la jerga futbolística, es como “tirar y abrazarse”
Toribio que no guarda ninguna simpatía por este gobierno ─de lo que no puede existir dudas─ sin el ánimo de eximirlo de responsabilidad enfatiza que el anterior gobernante es el principal causante de los problemas que hoy nos afligen, a lo cual se han sumado sectores de la derecha que han cedido a las presiones de la izquierda haciéndose partícipe de malas decisiones, como el reciente DFL. La inmigración ilegal es un festín que no se puede desperdiciar, al existir un instructivo que impide que los ilegales que no sean bolivianos sean obligados a volver a su destino, y teniendo en consideración que la cantidad de bolivianos es ínfima en relación al total de inmigrantes ilegales, los expulsados no han logrado atenuar este flagelo. Durante el año 2022 la cantidad de inmigrantes ilegales alcanzó la cifra de 54.000 y solo fueron expulsados 31, lo que evidencia que pese a los anuncios del gobierno la ley existente no permite arbitrar medidas radicales, ni siquiera en casos de personas que han delinquido no solo una vez, sino varias, como es el caso de los ilegales colombianos que agredieron en “patota” a un carabinero en Puerto Montt y aún permanecen en el territorio.
Los inmigrantes en Chile han aumentado en forma extraordinaria a partir del primer gobierno de Bachelet, como lo demuestran a continuación las cifras oficiales, donde la población venezolana ha superado ampliamente a la peruana, nuestro vecino que junto a Bolivia han constituido mayoritariamente el flujo migratorio; incluso Colombia y Haití han superado en un amplio margen a bolivianos.
Pero teniendo en consideración las características de esta inmigración, al disponer de fuerzas militares, preparadas, organizadas y equipadas de acuerdo a su rol constitucional para que cumplan funciones de Orden y Seguridad, el hecho de limitarlas como lo hacen las Reglas de Uso de la Fuerza, está muy lejos de obtener disuasión como pretenden el gobierno y los legisladores, transformándolas como acertadamente la han calificado diversos columnistas en meros “espantapájaros” que una vez que comprueban que son monos de paja e inactivos proceden a su cometido; o también simples anfitriones o de Uber para el ingreso al país, donde contarán con el financiamiento de buses en colaboración con el Servicio Jesuita de inmigración como lo ha sido hasta la fecha. De otra manera no se explican los sucesivos pasos para el uso de la fuerza letal: empleo disuasivo de los siguientes medios: vehículos militares, porte y despliegue de armas; identificarse como parte de las FF.AA, empleo de fumígenos; empleo de armamentos no letales (bastones, balas de pintura); uso de armamento antidisturbios (Evitando disparar a la parte superior del torso; preparar el arma de fuego con clara intención de usarla, disparos de advertencia; y finalmente, usar el arma de fuego como último recurso, cuando las medidas anteriormente señaladas resulten ser insuficientes y solo en caso de enfrentamiento con personas que usen armas de fuego o pongan en peligro a algún otro civil o modo de vida. Están clarísimo en consecuencia las facilidades de que dispondrán los integrantes del crimen organizado, narcos, del Tren de Aragua, los Maras u otros.
El DFL otorga una plazo de 90 días, en ningún caso señala que serán prorrogables, lo que hace suponer que sus autores y patrocinadores estiman que será suficiente para terminar con este grave problema. Toribio se atreve a discrepar de tal optimismo mientras no se omitan las razones ideológicas que las estimulan y las leyes que las respaldan, la voluntad política de hacerlo y el aporte de jueces y fiscales.
Fernando Hormazábal Díaz
General de Brigada (R)