Antenoche me quemaron mi casa, la que con mucho esfuerzo y cariño mantuvimos luego de la muerte de mi padre. Quisiera a través de este prestigioso diario dirigirme a nuestro Presidente Sebastián Piñera, ya que es la única opción de acceder a él.

Soy una persona como muchas otras, víctima de la violencia de la Novena Región. Quisiera que a través de esta carta el Presidente escuchara el lamento de toda una región que puso toda su confianza en él. Todos sabemos que para solucionar este problema se necesita valentía, mucha valentía para desafiar el mal que nos acorrala y nos asfixia.

Cuando fue elegido Presidente de Chile, miró al cielo; bueno, ahora le pido mire nuestras tierras y a su gente sencilla. Basta ya de querellas inútiles y palabrerías, lo que queremos es acción. La pedimos ahora, no mañana, para que nuestra querida región se levante de una vez por todas. Todo un pueblo le pide a gritos al Presidente que lo libere del flagelo del terrorismo. Sí, el terror aquí es realidad, una realidad latente, esperando acechar de día o de noche, sin Dios ni ley.

Por último, solo me queda decirle al Presidente que la impotencia de no poder hacer nada y el dolor de perder algo tan preciado como es el hogar, me deja desolada y sin esperanza alguna.

M. Verónica Correa De La M.