Un análisis de la situación actual fundamentado

Un análisis de la situación actual fundamentado
Antecedentes generales
El 16 de octubre de 2019 la Organización de
Estados Americanos (OEA) emitió un comunicado de prensa, donde se describe que
las actuales corrientes de desestabilización de los sistemas políticos del
continente tienen su origen en la estrategia de las dictaduras bolivariana y
cubana, que buscan nuevamente reposicionarse, no a través de un proceso de
reinstitucionalización y redemocratización, sino a través de su vieja
metodología de exportar polarización y malas prácticas, pero esencialmente
financiar, apoyar y promover conflicto político y social. Las “brisas
bolivarianas”, a las que ha hecho referencia el presidente de la ilegítima
asamblea nacional constituyente bolivariana, han traído desestabilización,
violencia, narcotráfico, muerte y corrupción”.Luego, 2 días después, el 18 de
octubre de 2019, se iniciaron las movilizaciones en Santiago de Chile con la
evasión masiva en el Metro de Santiago, abiertamente promovido por el Partido
Comunista y el Frente Amplio, trayendo como consecuencia una perfecta sincronización
en los incendios que afectaron a una veintena de estaciones del tren
subterráneo.A estas alturas, los antecedentes de inteligencia internacional
revelan que gran parte del financiamiento de la insurrección que se está
viviendo en Chile, proviene precisamente del narcotráfico, particularmente del
Cartel de los Soles, el mayor cartel de narcotráfico en la actualidad en
Latinoamérica, entre cuyos líderes se encuentra Diosdado Cabello, hombre de
confianza del narco-dictador Nicolás Maduro y operando además en concomitancia
con las guerrillas de las FARC y el ELN.Estas guerrillas, después del acuerdo
de paz en Colombia, migraron hacia la zona occidental de Venezuela y tienen el
monopolio en la producción de clorhidrato cocaína, el control de la zona fronteriza
con Colombia y el tráfico ilícito de combustibles desde y hacia Venezuela.
Estas acciones están financiando el conflicto insurreccional en los países de
Latinoamérica, entre ellos Chile, bajo claros objetivos preestablecidos por el
Foro de Sao Paulo, tal como lo ha descrito el propio Nicolás Maduro y Diosdado
Cabello.Agentes articuladores del movimiento insurreccional
Actualmente hay un proceso de desestabilización
en toda la región latinoamericana que busca el derrocamiento de los gobiernos
de Ecuador, Colombia y Chile, existiendo para ello una articulación de fuerzas
criminales que están actuando en las movilizaciones con el objeto de
incrementar las fisuras del sistema político y del Estado y hacer sucumbir a
sus democracias.En Chile, detrás de ello, se encuentra el Partido Comunista y
el Frente Amplio, junto a sus distintas facciones, siendo el motor de empuje a
las movilizaciones sociales e intentando desestabilizar a las fuerzas de orden
y seguridad, por medio de una permanente campaña comunicacional tendiente a
desacreditar el accionar de Carabineros de Chile en el restablecimiento del
orden y utilizando la exageración y el falseamiento de hechos tildados como
violaciones a los derechos humanos.Para ello el Instituto Nacional de Derechos
Humanos (INDH), organismo fuertemente politizado al alero del Partido
Comunista, en conjunto con movimientos sociales subversivos y anárquicos han
distorsionado el acontecimiento de hechos en los que la fuerza pública ha
debido actuar, generando situaciones forzadas para imputar falsas acusaciones
en contra del personal de Carabineros y Militares.Lo anterior, obedece a una
estrategia de desestabilización de la democracia por medio del financiamiento
de movimientos políticos, sociales, subversivos y anárquicos en que se han
distorsionado las dinámicas políticas de los países afectados, implementando en
Chile una verdadera dictadura del pensamiento en las universidades, donde han
institucionalizado sofisticadas estructuras de cooptación, represión,
desestabilización y de propaganda mediática, bajo el auspicio de las dictaduras
venezolana y cubana, cuyo único fin es el de instalar un gobierno
ideológicamente concordante a lo que se espera será la Unión de Repúblicas
Socialistas Hispanas (URSH), haciendo un símil de lo que fue la otrora Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).El Grupo de Puebla
El Grupo de Puebla, es una variante del Foro de
Sao Paulo, creado en la ciudad de Puebla, México, pero refundado esta vez con
un nombre distinto, principalmente por los escándalos de corrupción y de
vínculos al crimen organizado de sus principales líderes como Ignacio Lula Da
Silva, Hugo Chávez y Evo Morales, entre otros.El Grupo de Puebla ha dejado
estipulado que propenden a crear Unión de Repúblicas Socialistas Hispanas (URSH),
con miras a que cada “provincia” (país) estén supeditadas al dominio y control
de las dictaduras de Cuba y Venezuela. Dentro de los líderes políticos de Chile
en este grupo se encuentra Marco Enríquez Ominami (MEO) y su vinculación con el
“estallido social” se centra en seguir apoyando las movilizaciones, por cuanto
en Chile se pretende derrocar el actual gobierno del presidente Sebastián
Piñera.En consecuencia, el Grupo de Puebla, siegue siendo el eje conductor de
las movilizaciones que se lleven adelante en Latinoamérica con miras de cumplir
con los objetivos trazados de generan un continente conformado con “repúblicas
sin fronteras” y mandatados por lineamientos de las dictaduras cubana y
venezolana.Origen del conflicto insurreccional
El conflicto insurreccional en Chile tiene su
origen a comienzos de los 90’s y se basa en un proceso de deconstrucción de la
sociedad chilena, básicamente, la intervención de diversos aspectos culturales
que han propiciado el adoctrinamiento de jóvenes y provocado la formación de
adolescentes y adultos jóvenes simpatizantes del “anarco-comunismo” que
pretende abolir el Estado Chileno actual y su sistema económico “neoliberal”.La
estrategia para el copamiento del sistema educativo escolar y universitario se
basó en los postulados de Antonio Gramsci, cuyos ideales reformistas del
marxismo le llevaron a plantear el concepto de “Hegemonía Cultural”,
principalmente a través de cambios culturales como la modificación en la
educación temprana (adoctrinamiento), la separación del hombre con Dios
(eliminar valores de la fe y moral) y controlar los medios de comunicación
(control de consciencias).El copamiento del sistema educativo, tanto a nivel
primario, secundario y universitario, está siendo llevado bajo ejes del
neo-marxismo, con profesores que se formaron en la década de los 90’s (y en
adelante), bajo lineamientos del socialismo del siglo XXI impuestos por el Foro
de Sao Paulo para crear niños y jóvenes con elementos de la ideología de
género, la distorsión de la Historia de Chile y la falta de Educación Cívica
para empoderados de derechos, pero ignorantes de deberes y con una fuerte
aversión a la verticalidad, es decir, de no reconocer ningún tipo de autoridad,
ni siquiera la de sus propios progenitores.Hoy, gracias a este trabajo de
“educación insurreccional” la izquierda chilena cuenta con una generación de
jóvenes, en su gran mayoría desertores del sistema educativo tradicional, pero
adoctrinados en la insurrección. De ahí la percepción de tener la capacidad de
enfrentar a la fuerza pública, sin respeto ni miedo de sus consecuencias
(ACAB-1312).Neutralización del sistema de inteligencia
Con la llegada de la democracia en 1990 el
sistema de inteligencia nacional se vio fuertemente intervenido, a propósito de
las acciones desarrolladas en el régimen militar y que gran parte de los
políticos que asumieron cargos públicos tanto en el primer gobierno de la
Concertación como en los demás gobiernos de la misma bancada política, habían
sido objeto del sistema de inteligencia durante el gobierno de Pinochet.Las
acciones sobrevinientes en las décadas posteriores, bajo el liderazgo del
partido comunista y las pretensiones de toda la izquierda radical de establecer
un sistema socialista-comunista para Chile, debían estar libres de toda operación
de inteligencia que les obstaculizara el objetivo final. De ahí, por ejemplo,
bullada fue la noticia de informes de inteligencia del año 2004 que anticipaban
la intervención de miembros de las FARC en labores de cooperación guerrillera
en la Araucanía y por tanto deja en evidencia que no había intención de
mantener un sistema de inteligencia activo que permitiese anticiparse a
escenarios de conflictos liderados por la izquierda, por cuanto obstaculizaba
sus pretensiones.Los dos triunfos de la “centro-derecha” en Chile, con el
primer y segundo gobierno de Sebastián Piñera, en ambos casos antecedido por
Michelle Bachelet, hacía presagiar una dura contienda política para la
izquierda chilena para mantenerse en el poder e instalar un régimen socialista
de característica Castro-Chavista. De ahí, el apoyo de Venezuela y Cuba para
apurar el establecimiento del régimen por medio del derrocamiento del
presidente Piñera, pese a haber sido electo democráticamente en las
urnas.Inmigración forzada
La migración masiva de haitianos en 2017 hacia
Chile, fue la gota de “rebasó el vaso” en cuanto a inmigración, porque la
apertura a la inmigración libre estaba dándose desde hacía varios años antes.
Sin embargo, el caso de los haitianos obedece en esencia a una forma de neutralizar
el poder de un gobierno de centro-derecha. A inicios del 2017, las estadísticas
evidenciaban un amplio descontento con el gobierno de la expresidenta Michelle
Bachelet y por tanto una puerta de entrada nuevamente a la Centro-Derecha,
representado fuertemente por Sebastián Piñera.La operación de ingreso masivo de
haitianos a Chile tuvo dos finalidades esenciales:
Incrementar los índices de pobreza para el
gobierno entrante, que ya se vaticinaba la alta probabilidad de reelección de
Sebastián Piñera y en consecuencia se debía obstaculizar la ejecución del
programa de gobierno destinado a la reducción de este concepto, transformándose
así el aumento de “pobreza” en un tema importante para el próximo candidato de
izquierda.
Cautivar futuros electores para la izquierda
chilena que impidieran una nueva oportunidad para la derecha o la centro
derecha de volver al poder y consolidar las pretensiones de la instauración de
un gobierno socialista de carácter “castro-chavista”.
Sin embargo, la inestabilidad en Venezuela
generó la posibilidad de migración de muchos venezolanos hacia Chile, pero una
instancia ideal para infiltrar agentes de la revolución que apoyaran las
acciones de insurrección y permitieran iniciar un símil del “caracazo” de
Venezuela en 1988.Así todos los procesos migratorios, tanto regular como
forzados, han servido como un ingrediente más para llevar adelante el proceso
insurreccional en Chile, lo que a su vez se conjuga con un sinnúmero de otras
variables que han desplegado violencia y destrucción, como las alianzas
estratégicas con elementos anárquicos, subversivos y del narcotráfico.Campaña
comunicacional
La campaña comunicacional para inducir el
consciente colectivo hacia el odio y el resentimiento como ingredientes
necesarios de una “insurrección”, se centraron durante décadas en demonizar el
rol de la Fuerzas Armadas durante el régimen de Augusto Pinochet Ugarte y
limpiar la imagen de Salvador Allende Gossen como el mejor presidente de Chile,
exculpándolo de la responsabilidad de haber llevado a Chile al caos de esos
años y que marcaron la necesaria intervención de las Fuerzas Armadas para
recuperar el país.Después del retorno de la democracia, de forma constante los
distintos canales de televisión mantuvieron vivo el recuerdo del Golpe de
Estado y de todo lo vivido desde el año 73 en adelante, precisamente haciendo
énfasis a las violaciones de derechos humanos cometidos por miembros de las
Fuerzas Armadas y de Orden, pero relativizando las causas que llevaron al
pronunciamiento militar.Son innumerables los programas de televisión que
durante más de 29 años han estado transmitiendo programas alusivos al periodo
73-89, precisamente en los meses de julio y agosto de cada año, predisponiendo
a la audiencia frente a temas que polarizan aún a Chile. De ahí nace los
primeros ápices de insurrección de las nuevas generaciones, que crecieron en un
mundo comunicacional donde el mensaje siempre fue que las FFAA y de Orden
“mataban gente”, sumado a otras variables que generaron el resentimiento como ingrediente
necesario para no tener miedo ni respeto.Hoy la tendencia de los periodistas y
editores que trabajan en los distintos medios de comunicación, (radio,
televisión, prensa) en un 99% poseen una marcada ideología de izquierda,
particularmente socialista, en consecuencia, la línea editorial de lo que se
transmite como contenido, se basa en un pensamiento de izquierda, que tiende,
entre otros, a demonizar las Fuerzas Armadas y de Orden como instituciones
innecesarias para el Estado.Partido Comunista de Chile
El Partido Comunista de Chile (PCChile) ha sido
uno de los impulsores del conflicto insurreccional en Chile. Es innegable la
participación que tuvo el PCChile en el intento de desestabilización del
régimen de Pinochet, junto a su brazo armado el Frente Patriótico Manuel
Rodríguez (FPMR) hasta 1987 cuando éstos últimos pasaron a ser autónomos, pero
que luego del fallido intento de asesinar a Pinochet en 1986 y del retorno de
la democracia, sus pretensiones de instalarse como poder hegemónico en Chile continuaron.La
congregación del Foro de Sao Paulo no tuvo otra finalidad más que restructurar
las fuerzas opositoras al sistema económico imperante, el capitalismo, que ya
había dejado en evidencia su triunfo al ser derribado el Muro de Berlín en 1989
y redefinirlas hacia Latinoamérica. Las reuniones anuales del Foro, integrado
entre otros por el PCChile, llevaron a rediseñar la estrategia para consolidar
el poder, pero esta vez no por la imposición de las armas, sino que utilizando
la teoría de “Hegemonía Cultural” de Antonio Gramsci como elemento principal,
para hacer un trabajo de largo plazo que crearía una fuerza insurreccional con
altas probabilidades de vencer.Sin duda que el trabajo silente de
adoctrinamiento de la actual generación que pulula entre los 15 y los 30 años,
con la penetración en los colegios y las universidades, han sido el ingrediente
principal y la combinación perfecta para llevar adelante el proceso de
insurrección y la desestabilización de una economía que hasta hace 2 meses
dejaba a Chile como uno de los líderes de la economía Latinoaméricana y un
referente de la economía mundial.En consecuencia, como “doctrina” tanto el
comunismo como el socialismo son corrientes de pensamiento atentatorias contra
la estabilidad económica de un país que no transita en dichas ideologías y por
tanto su imposición de la fuerza insurreccional las hace tan dañinas como un
cáncer, que de forma paulatina avanza y carcome lo que queda del ser humano
(sistema económico) hasta lograr su extinción.El avance insurreccional
El avance del conflicto insurreccional se verá
intensificado a partir del mes de marzo de 2020 y en consecuencia se infiere
razonablemente que habrá una escalada de violencia, heridos y muertes, a
consecuencia de vándalos, delincuentes y anarquistas que intensificarán las
acciones, esta vez con saqueos a las viviendas, condominios y edificios.En el
mes de diciembre pasado ya hubo un ingreso violento de ciclistas que ingresaron
a un condominio, violando el recinto como propiedad privada, por lo que este
tipo de acciones se verán intensificadas en el mes de marzo y abril.El panorama
del mes de abril y las elecciones programadas para definir si se camba la
constitución o no, tendrá un escenario complejo si la ciudadanía expresa su
voluntad de “Rechazo” a la nueva constitución, ello porque ya ha habido
parlamentarios de izquierda que han amenazado con que el conflicto se agravará.
Estas afirmaciones de los políticos son serias porque predisponen la intención
de incrementar el conflicto insurreccional.Sin embargo, ¿que se debería hacer
para retomar el Chile que se tenía hasta antes del “estallido social”? Es
indudable que las fuerzas políticas no están en sintonía para generar diálogos
democráticos que lleven a una disminución de los movimientos sociales que se
valen de la violencia para ir generando el caos. Por tanto, la voluntad
política de los principales promotores de esta escalada NO es precisamente
llegar a un acuerdo. Su objetivo es abolir el actual Estado de Chile y ante
ello, no hay acuerdo que pueda evitarlo.Recuperación del Estado de Derecho
A estas alturas, no son muchas las alternativas
que se tienen para evitar una imposición de una dictadura Socialista y
Comunista en Chile. Por lo tanto, la historia nos demuestra hoy más que nunca
que Chile no desea ser parte de estas ideologías.En consecuencia, la
restitución del Estado de Derecho debiese imponerse por medio de lo
siguiente:
Decretar el Estado de Sitio y establecimiento de
la Ley Marcial
Eliminar el Instituto Nacional de Derechos
Humanos (INDH).
Decretar el cierre de las fronteras y expulsión
de extranjeros subversivos vinculados a las dictaduras de Venezuela y Cuba.
Romper relaciones diplomáticas con Cuba y
Venezuela
Proscribir el comunismo como doctrina
atentatoria contra la estabilidad democrática de Chile y expulsar a sus
adherentes hacia países de la preferencia de su doctrina.
Finalmente, la imposición del Estado de Derecho
garantiza el respeto y retorno de los derechos consagrados en la Constitución
Política de la República y que han sido secuestrados por la insurrección. La
eliminación del vandalismo, de la delincuencia y del narcotráfico, son algunas
de las consecuencias positivas que se logrará.
Edward Cáliz, Intelección Comunicativa
01-2020.