Una de las grandes y más ambiciosas apuestas de un gobierno argentino liderado por Mauricio Macri es lo que ha llamado Pobreza Cero, y es detrás de esa línea que se enmarcan la mayoría de sus propuestas en materia social. Pero también propone buscar acuerdos con otros sectores políticos y con los gobernadores para consensuar e implementar esas políticas.

Aunque por años se ha mostrado como un partidario de una intervención acotada del Estado en la economía, en esta campaña no puso en duda medidas tomadas por los gobiernos Kirchner como los programas sociales, la estatización de algunas empresas o la Asignación Universal por Hijo.

Siempre en el ámbito social, propone urbanizar en ocho años unas 800 poblaciones pobres donde viven 240.000 familias, lanzar un millón de créditos hipotecarios a tasas bajas, mejorar la eficiencia del sistema de salud, incluida la coordinación con las entidades de ese sector en las 24 provincias del país, y ampliar la escolarización a los niños de tres años y aplicar la jornada extendida en la mitad de los colegios del país para 2019.

Una de las grandes líneas de la campaña de Macri  fue diferenciarse del estilo imperante en estos 12 años de kirchnerismo, como los modos autoritarios y la falta de diálogo con la oposición, por lo que Macri convocaría -según el periódico Perfil- a todos los candidatos que compitieron en estas elecciones para suscribir una serie de iniciativas que deben ser enviadas al Congreso y que buscarían convertirse en un gran acuerdo marco.

Extractado de La Tercera 22 de Noviembre