Escribe Marcelo Elissalde Martel. Abogado. Observador de DD.HH.

Dejemos de lado su largo historial delictivo y de fugas y vamos a lo que viene.
No nos cabe duda que su extradición a Chile le favorecerá ampliamente, mejorará su posición y pronto lo tendremos en libertad.
Hace varios años camaradas suyos fueron aprehendidos en la época de Fujimori actuando en los movimientos subversivos en Perú, fueron devueltos a Chile y para evitar el asedio de la prensa, los “concertados” los enviaron a cumplir una breve condena lejos de la capital (Rengo) y luego en libertad. 
Después -siempre en Perú- detienen  a su camarada Castillo Petruzzi, subversivo del MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru), quien fue extraditado a Chile y quedó -junto a sus compañeros- rápidamente en libertad.
Luego Ud., denunció a su camarada frentista Enrique Villanueva Molina, entregó su domicilio en el balneario de Con Con para que fuera investigado por el crimen del senador Guzmán. Sentenciado por el ministro Carroza, Villanueva fue dejado en libertad. Cumple firmando, según entiendo. 
Siguiendo con la historia subversiva el mismo juez Carroza, por lo crímenes de Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards, le aplicó a Ud., una pena mínima que se la enmendaron los tribunales superiores de la Corte de Apelaciones y posteriormente la Suprema condenándolo a dos cadenas perpetuas.

Lo  que vendrá

De acuerdo a las condenas que tiene pendiente con la justicia chilena el “comandante Ramiro”, según el convenio “Mercosur”, solo se le deben aplicar 30 años por el secuestro extorsivo del empresario brasileño Olivetto y de ésos con toda seguridad su defensa exigirá que se le abonen los 15 cumplidos, quedándole otros 15, lo que -tomando en cuenta las dos primitivas dos perpetuas- son la nada misma.
Ahora, para rebajar más aún la condena, comenzará a funcionar la enorme red de protección de la izquierda nacional e internacional, la que sin duda consistirá en una tremenda ofensiva judicial, presión a autoridades políticas, minimizar los graves delitos cometidos presentándolo como víctima del sistema, marchas y encuentros de agitación y propaganda exigiendo “libertad para Ramiro”, con el único propósito de concientizar en tal sentido a la opinión pública y a los medios de comunicación social.
Lo anterior, solo busca una sanción mínima nuevamente como ya el propio Carroza lo hizo, y ahora otra vez por las declaraciones que formuló el magistrado, podría repetir  dicha acción para favorecer al subversivo. 
No debemos olvidar el trato que le ha dado a “Ramiro”  de sumisión absoluta al deseo del detenido y sus protectores. Ello demuestra claramente que el accionar del magistrado en nada se condice con su calidad de juez  instructor  especial en materia de derechos humanos. Situación que habla por sí sola.
Ya lo veremos en un tiempo más caminando por las calles de Chile, al que tanto daño le ha hecho con su conducta terrorista. 
Esta lógica por lo demás continúa repitiéndose en países en que la subversión le ha ganado al Derecho, como Colombia, Argentina, Perú o Uruguay en que los guerrilleros de ayer no solo gozan de impune libertad sino que además se encuentras insertos en las instituciones del Estado, a saber Presidencia, Congreso y Poder judicial. 
Ramiro nunca estuvo solo, sino acompañado de un grupo terrorista que en Chile goza de libertad y en el exterior con protección especial de la izquierda internacional.
Ellos son: Apablaza en Argentina; Ortíz en Suiza, Palma Salamanca en Paris, Villanueva en Con Con. Solo detenido por secuestro extorsivo en México Poblete (Emilio).
Contraste
Que lo sepan los chilenos, los jueces prevaricadores y los que aplican venganza en vez de justicia. En Punta Peuco, existen varios PPM que lucharon contra estos terroristas, que hoy se pasean libremente por el mundo. Allí están  recluidos injustamente los que lucharon por Chile arriesgando su vida, a cambio de nada. 
Condenados a cientos de años de reclusión. 
Uno de ellos ya ha cumplido 31  privado de libertad en ese penal, muchos están por arribar a esa cantidad en los próximos meses; otros han ya fallecidos. Los más,  ancianos y enfermos. 
¿Esto se llama igualdad ante la ley?
A nadie ya le importa la dolorosa situación que vivimos de los años 70 en adelante y que aún persiste en algunas materias, como la aplicación de justicia avalada por los  gobiernos llamados democráticos Ya nos olvidamos. Hagamos algo, aún es tiempo. Propongan ideas y no nos dejemos manejar por la izquierda ideologizada.