Aleccionadoras experiencias internacionales
Aleccionadoras experiencias internacionales
03/10/2016
Editorial el Mercurio, Domingo 02 de octubre de 2016, La semana política
Sorprendente incluso para los más críticos del modelo socialista, la magnitud del fracaso de Alemania Oriental como proyecto de sociedad solo vino a quedar patente luego de la caída del muro de Berlín y de un proceso de reunificación que desnudó su precariedad: el país que se presentaba como emblema de los logros del comunismo, aparte de una restricción brutal de las libertades ciudadanas, exhibía también un rezagado nivel de desarrollo. Con todas las diferencias, algo análogo está ocurriendo a propósito del paulatino declive de los gobiernos populistas latinoamericanos. Ejemplo es el caso de Argentina, donde el cambio de signo político ha permitido la recuperación de un sistema estadístico antes intervenido y manipulado. Así, se han conocido las primeras cifras de medición de la pobreza, luego de tres años sin información al respecto. De acuerdo con ellas, el 32,2% de los habitantes urbanos se encuentra en esa condición.
El número es impactante bajo cualquier punto de vista, pero particularmente desde la perspectiva chilena, al haber sido Argentina -dotada de riquezas y un nivel cultural destacados- un histórico referente para nuestro país, que hoy la supera en logros económicos y sociales, como atestigua la última encuesta Casen. Pero no corresponde solo observar la situación en términos comparativos. Los altos índices de pobreza argentinos son el resultado de gobiernos que, en supuesto nombre de los más desfavorecidos, no solo impulsaron políticas equivocadas, sino que promovieron la polarización, dividiendo a sus ciudadanos entre amigos y enemigos, y echando así por tierra cualquier posibilidad de acuerdos que corrigieran las malas decisiones. Consecuencia de ello, las excepcionales oportunidades que abrió la bonanza de las materias primas durante la década pasada fueron desaprovechadas, sin mejorar la condición de esos sectores más vulnerables a los que las autoridades decían querer defender.
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