Año Nuevo y los políticos
Año Nuevo y los políticos
El ciclo de pesadilla vivido por Chile, no ha sido en vano. Nunca nada es en vano. Hemos aprendido. La política necesita renovarse hoy, porque está podrida.
por Magdalena Merbilháa2 enero, 2024
Este domingo se renovó el ciclo. Llegó el Año Nuevo y se fue el año viejo. En la mentalidad pagana todo volvió a comenzar con la frescura original. El Uroboro se mordió la cola.
Ciertamente somos aún muy paganos, ya que a las 12 de la noche del domingo, nos deseamos lo que cinco minutos antes no nos deseábamos y dijimos para lo personal y lo social “este año sí que sí”. El mito es la primera aproximación religiosa y filosófica del hombre. Desde las historias ancestrales se explica y se le da sentido a la realidad misma y se determina el puesto del hombre en el mundo. El mito es verdadero, ya que aunque use historias ficticias, busca explicar en simple una compleja realidad. El Mito cosmogónico es real ya que el mundo está ahí para mostrar su veracidad. Mito y rito van de la mano, ya que desde el rito, el mito se revive volviendo a la pureza original. Esa pureza que las historias ancestrales sitúan en el tiempo sin tiempo, en el ilo tempore, el tiempo primordial perfecto. La realidad imperfecta necesita renovar los ciclos y purificarse. Eso es lo que hacemos aún hoy en el 2024 de la Era Cristiana. Ahí estamos celebrando la renovación del ciclo. Después de la renovación Cristiana, Navidad, viene la renovación pagana del Año Nuevo. Todo se resetea, en términos modernos.
Ciertamente todos en nuestras vidas necesitamos la renovación. Volver a empezar, tener una nueva oportunidad. De eso se trata la vida personal libre. Elegir, optar por el bien y enmendar. El fin humano es ser feliz y eso sólo se logra en el bien. Por eso esta tradición pagana siempre ha tenido sentido, es el nuevo comienzo, la renovación. Esto que es para lo personal, lo es para lo social y para la tierra misma. El fin y el comienzo se mezclan. Por eso el Uroboro, la serpiente que se muerde la cola, es el principio y el fin al mismo tiempo. El Domingo a las 12 de la noche se produjo el mordisco de la cola y se renovó el ciclo. Murió el año viejo y nació el año nuevo. Fue el momento de los buenos deseos y augurios. Es el momento en el que un arrebato pagano, no sólo se colma de deseos y abrazos, sino de lentejas, calzones amarillos, maletas y ritos para expulsar el mal de nuestras vidas.
Por lo mismo, desearemos que el ciclo haya renovado las almas, la tierra y a nuestro querido Chile. Que este ciclo funesto de cuatro años infernales haya terminado en este nuevo año. Que el mal se aleje y el bien prime.
El ciclo de pesadilla vivido por Chile, no ha sido en vano. Nunca nada es en vano. Hemos aprendido. La política necesita renovarse hoy, porque está podrida. Pocas buenas personas entran en política, ya que las buenas personas no buscan dominar a otros. Necesitamos buenas personas en política. Necesitamos que las facciones políticas que representan ideas, tengan claras cuáles son esas ideas y que estén dispuestas a luchar por ellas, ya que los representantes se deben a sus representados. Por lo mismo, es necesario que la humildad prime en los corazones de los políticos y que comprendan que son servidores, no quienes se sirven de la política.
El Estado es una invención humana que se crea para servir a las personas y no las personas para servir al Estado. La libertad no se tranza, menos frente a la creación humana que tiene una pulsión de poder más allá de lo deseable, el Estado. Por eso en este nuevo ciclo renovado espero y esperamos que los políticos defiendan lo que hay que defender aunque eso implique costos. Que ordenen y prioricen sus ideas y que tengan claro en qué nunca se puede tranzar. Siempre la vida individual libre debe ser respetada en su proyecto personal, en su libertad de acción, expresión y asociación. Por lo mismo, el fruto de su trabajo, su propiedad privada es sagrada e inalienable, ya que es la manifestación explicita de ese proyecto personal.
Hoy, en el inicio de este año nuevo, es el momento de la renovación de la realidad toda, por lo que el entender que se celebra ritualmente, es decir se vive en forma real, es fundamental. Podemos desear que en este nuevo comienzo se renueven los votos individuales con las ideas que cada político dice representar y que, por tanto, haga lo que se debe hacer y no lo que les conviene para ser reelectos. La ciudadanía está cansada por lo que este nuevo ciclo es más importante que nunca. Hoy tienen una nueva oportunidad, no la desechen. Defiéndanos del Estado, para eso están. No trancen en las reformas propuestas por el Gobierno que saben que le hacen mal al país. Chile ya habló y cree en la subsidiaridad, no trancen, defiendan lo que se supone que creen. Sean coherentes, eso se premia. El 6% debe ser personal porque es fruto del trabajo personal y no hay espacio para aumento de impuestos, Chile necesita crecer. Firmes y claros, sin medias tintas.
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MAGDALENA MERBILHÁA
Periodista e historiadora Más de Magdalena Merbilháa