Me gustaría alegrarme por la inauguración  del monumento a Patricio Aylwin que su familia   ordenó y financió. Pero estoy confundido: ¿de cuál Aylwin se trata? ¿Del que en 1967 lideró la reforma constitucional que posibilitó la reforma agraria sin pagar a los dueños? ¿El que se opuso tenazmente a Allende y aplaudió la intervención militar? El que le juró a sus correlijas que no sería candidato en 1989 y solapadamente desplazó a Gabriel Valdés y a Eduardito Frei? ¿El que al asumir aseguró en el estadio nacional que el futuro pertenecía a los civiles y militares? ¿O el que montó la Comisión Rettig y se sentó en la separaciòn de los tres poderes del Estado, ordenando a la Corte Suprema que no aplicara la ley de anmistía? ¿Acaso el que condujo a Chile a un juicio en el que se perdió Palena y dijo que eran unos kilómetros sin importancia?

¿Quién cresta está sobre el pedestal?

EL ALMIRANTE JOSÉ TORIBIO MERINO Y PATRICIO AYLWIN:

DOS PERSONAJES, DOS MONUMENTOS

 Por Gonzalo Ibáñez

 Ayer, Gabriel Boric inauguró en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio de La Moneda, un monumento dedicado a Patricio Aylwin. Se le presenta como el gran artífice de la transición desde el gobierno militar a los gobiernos civiles que le siguieron; como el que trajo paz y prosperidad al país y como el gran defensor de los derechos humanos de los chilenos. Entretanto, hace algunas semanas un tribunal llamado “de justicia” ordenó remover el modesto monumento que recordaba al almirante Merino en el frente del Museo Marítimo y Naval en Valparaíso alegando que su presencia molestaba a algunos que todavía no pueden digerir el abrupto término que las FF.AA y de Orden impusieron al experimento de destrucción de Chile llevado adelante por el marxismo tanto nacional como internacional.

Chile marcha al revés de lo que ha sido su historia. Si no hubiera sido por Merino, y el resto de nuestros uniformados, muy difícilmente Patricio Aylwin hubiera podido ser presidente de la República y recibir los honores que hoy se lo tributan. Chile hubiera caído bajo el dominio comunista sin vuelta atrás. Como lo ha sido en Cuba y lo está siendo en Venezuela.

Pero, hay algo más. Si Chile en 1970 cayó bajo el dominio comunista fue  por culpa, entre otros, de Patricio Aylwin quien, desde la democracia cristiana entre 1964 y 1970, se dedicó a pavimentar el camino a los partidos cuyo propósito era imponerlo. Después, acudió a los militares para que hicieran el trabajo de deponer a Allende y le devolvieran el poder a él y su partido. Pero, como los militares se ocuparon de sanear al país y no le hicieron caso, Aylwin se convirtió en un opositor al gobierno de estos últimos. Lo cual no fue obstáculo, cuando conquistó la presidencia de la República, para que continuara con la política que ellos practicaban, sobre todo en materia económica. Fue lo que reconoció Alejandro Foxley, su ministro de Hacienda: “Pinochet realizó la transformación, sobre todo en la economía chilena, más importante que ha habido en este siglo” (Revista Cosas 5/5/2000). Pero Aylwin no quiso reconocerlo. Al contrario, hizo de la crítica a ese gobierno uno de sus temas preferidos. Con ello no hizo sino iniciar el camino para regresar al régimen comunista de Allende que ha culminado con el triunfo de un neo marxista como Gabriel Boric.

Hoy inauguramos un monumento a quien dos veces en nuestra historia reciente abrió el camino para que el comunismo se apoderara el país; y se lo retiramos a quien se la jugó para mantener a Chile como un país, libre, independiente y próspero.

Algo anda mal entre nosotros.