El Gobierno y su coalición.

         Daniel Mansuy hizo un acertado juicio sobre la derecha al expresar que ya no está defendiendo ni el régimen presidencial; y con su actitud  además de quitar el tercio al presidente, se está subiendo a todas las micros porque no sabe qué decir y en eso incluso está dispuesta a demoler el sistema presidencial; con respecto al jefe de Estado, lo criticó fuertemente por su actuación durante el estallido social -para mi estallido delincuencial- y consideró el 22 de noviembre como clave en la pérdida de poder de Piñera, agregando a posteriori que puede ser recordado como el sepulturero del régimen presidencial en Chile”.

         Mansuy ha sido demasiado benevolente en sus juicios, tanto con Piñera como con la derecha. En mi opinión creo que a ambos se les puede recordar como los albañiles de la destrucción de los cimientos del edificio de la República, lo que hizo factible el aprovechamiento de los ingenieros especialistas en la destrucción de la sociedad, que han ido minando piso a piso el edificio forjado a través de más de doscientos años y cuyo desplome -Dios quiera que me equivoque- estaría próximo a suceder con el nuevo modelo que se pretende imponer tras la futura C.P.E., con un Estado absolutista, solidario y benefactor, hacedor de los bienes para satisfacer todos los derechos sociales, pasto tierno para el nuevo Orden Mundial que se forja desde las cúpulas de los organismos de la Naciones Unidas en manos de la izquierda radical; de las élites internacionales y de los grupos económicos dominantes, encabezados por  George Soros -que acaba de sufrir un severo revés en Hungría- y que pasan por encima de las soberanías de las naciones y de la idiosincrasia de sus pueblos.

         La Moneda está en medio de la tormenta perfecta. A la crisis económica y social, se suma un congreso que le niega la sal y el agua; el placer por el poder y el mantenerse vigente, aunque sea a costa de la felicidad de los chilenos que no está en sus prioridades; Piñera da manotazos de ahogados recurriendo al Tribunal Constitucional -lo que debió haber hecho la primera vez- en tanto, miembros de su coalición se suman a la destrucción de la institucionalidad y como los ratones arrancan del barco antes que se hunda; los orcos, lumpen y drogadictos con Atila en las sombras, amenazan con incendiar La Moneda, piden la cabeza de Piñera y alegan contra el recurso del T.C., cuando jamás han trabajado y no tienen un puto peso en las AFP.

          Los partidos políticos.

       Cada cual se debate en luchas internas acarreando agua para sus propios molinos, ante la proximidad de las variadas y múltiples elecciones del calendario electoral; todo por el maldito poder, que parece ser lo único que los motiva en medio de las crisis en que estamos insertos. No faltan los obnubilados con declaraciones para la galería, entre otras las del senador Ossandón -con dos procesos en marcha-: “Diga lo que diga el TC, va a haber retiro del 10% antes de Navidad”. Senador, ¿no se siente un tanto ahumado, lo digo en su cabeza? ¡Que arrogancia! Con qué moral dice que el gobierno tiene poca credibilidad -lo que es cierto- pero que lo diga Ud., con una situación personal que lo complica, vaya patudez. Por otra parte, la abuela del Reality, envalentonada con las encuestas, le ofrece al Gobierno un acuerdo para que no haya nuevos retiros, si le aprueba el que se discute en el congreso. Quien le va a creer a esta institución que no supera el 3% de aprobación, jalonado por retirados incumplimientos. Parece que otra persona debe ir a cambiarse pañales y no el senador Insulza.

         El asesinato en desarrollo del sistema de previsión, transversalmente ha sido calificado por los expertos como un gravísimo error, e independiente del resquicio con que se pretende vulnerar la CPE, creo que, entre otros factores ha incidido la pésima gestión comunicacional del Gobierno y de las propias AFP.  El primero, ha fallado no solo en el actual problema sino en todos los ámbitos; las segundas, no han sido capaces de desvirtuar las publicaciones de diversos medios, tales como CIPER y El Mostrador, que han hecho uso de un amplio glosario de descalificaciones.

     Ahí está la médula del hueso. Hace medio siglo los chilenos nos informábamos en un 80 % por las radioemisoras, un 50% por TV, un 20% por los diarios y 1% por las revistas. Hoy las cosas han cambiado sustancialmente: la televisión abierta, internet y las radios constituyen el 75%; los medios impresos no superan el 30%, siendo las cadenas sociales, Instagram, Whatsapp y YouTube las que acaparan la mayor audiencia. Pero hilando más fino, de los que adquieren un medio impreso, ¿cuántos realmente se informarán como es debido? No creo que muchos. Los chilenos no leemos, tres o más páginas producen stress; las cadenas sociales se nutren de fake news o se utilizan para difundir mensajes ofensivos. No han explotado los medios masivos como es debido; en general los matinales alimentan el ego de los comunicadores, noteros ignorantes y políticos que trasversalmente solo quieren vender su imagen sirviéndose de la sensibilidad de las personas, ofreciendo el oro y el moro en utopías.

        Traigo a la memoria, las intervenciones del fallecido ex ministro Fernando Léniz, -los viejos como yo y los no tan viejos lo podrán recordar- explicaba las cosas con peras y manzanas, que hasta los integrantes de los locos Adams podrían entender. Pero el señor Piñera, se desprendió del ministro mejor evaluado, carismático, sencillo y excelente expositor, para lograr los equilibrios políticos al interior de su gabinete y lo envió a la Segunda División, al Banco Estado.

Fernando Hormazábal Díaz

General de Brigada (R)