Para acercarse a una verdad histórica, plantea crear una comisión extrajudicial que examine los antecedentes médicos.

 Por María Luisa Araos,  La Segunda:

La Historia no es justa, no siempre el criminal es castigado. Sospecho que se está acusando a gente inocente y eso es muy grave”.

 “Faltan pruebas que a uno lo convenzan como historiador. ¿Por qué la familia no dijo nada cuando se realizó la autopsia? ¿Por qué el doctor Patricio Rojas trajo un remedio desde el extranjero? ¿La autopsia se separó de los usos normales? Son interrogantes que el historiador Joaquín Fermandois mantiene frente al fallo en primera instancia por el homicidio del expresidente Eduardo Frei Montalva.

—Respecto del fallo del juez Alejandro Madrid, ¿cree que falta una verdad jurídica?

—No me atrevería a decir eso, porque no soy abogado, hay que tener cuidado con los términos. Confío en que la Corte Suprema determinará, de acuerdo a derecho, en el amplio sentido de la palabra. Creo que en esto ha habido un impulso por encontrar culpables a partir de una pregunta también razonable, que uno podría sospechar si la muerte de Eduardo Frei fue provocada. Pero eso no quita que cuando se acusa a alguien de algo así, tiene que haber alguna prueba sólida. Por los casos de Tucapel Jiménez, de Orlando Letelier, de Bernardo Leighton, Carlos Prats, emergieron bastante rápido las pruebas sólidas. En este caso, uno se cuestiona, no como abogado, sino como historiador.

—¿Entonces faltan pruebas?

—Faltan pruebas fehacientes que a uno lo convenzan de que no se está haciendo algo arbitrario. Para uno, como historiador, falta la prueba final en la que el ministro (Alejandro Madrid) diga: “Mire, esto es lo que he encontrado”. En la Corte Suprema hay un proceso en el que se va a decidir si son inocentes o no (los médicos condenados). La Historia no es justa, no siempre el justo es premiado y el criminal es castigado. Sospecho que se está acusando a gente inocente, y eso es muy grave.

 —¿Cuál es su duda del fallo?

—Varios de ellos (los condenados) están relacionados con instituciones del régimen de Pinochet. Incluso este doctor (Patricio) Silva, fue subsecretario de Eduardo Frei Montalva, pero también tenía un cargo en el Hospital Militar. La idea de que hay un grupo que por haber tenido cargos en el gobierno, uno de ellos relacionado con la CNI, que se investiguen las cosas es razonable, pero que sean culpables por eso, no.

 —¿Leyó la columna de Ascanio Cavallo, quien cuestionó la calidad del contexto histórico del fallo?

_ No leí lo de Ascanio Cavallo, lo voy a leer, pero hace años dijo algo que a mí me parece verosímil y yo como historiador confío en la verosimilitud. Ascanio dijo que las operaciones de asesinato que hizo la DINA fueron cosas muy burdas, torpes, evidentes. Tenía secretos, pero no tenia sofisticación. Para una conspiración de tanta gente, ¿tanto silencio, tan poca prueba concreta, ninguna confesión? Eso se hubiera sabido. Algo al final se desprende.

 —En una carta publicada por El Mercurio planteó crear una comisión extrajudicial. ¿Qué propone específicamente? —La comisión es para la parte médica, donde se canalicen todos los argumentos. Determinar qué remedio se usaba en la época, si era razonable o no, qué hacían los médicos ante urgencias. Escuché que en esa época bajo ese tipo de operaciones moría una de 100 personas, estadísticamente es el mínimo; entonces, es raro. Hay varias cosas raras en torno a la autopsia. Hay que escuchar a las voces autorizadas. A uno no le convence el fallo. Faltarían pruebas más directas de que tal persona recibió órdenes o que actuó sabiendo que tal procedimiento le causaría la muerte.