LA CARA MÁS AMABLE DE LA MISMA ALMA



LA CARA MÁS AMABLE DE LA MISMA ALMA

Por Humberto Julio Reyes

Contrariando la costumbre adoptada en los medios de referirse a “las dos almas” del gobierno,

sigo pensando que sólo se trata de dos caras de la misma alma ya que, por otra parte, ¿cómo,

alguien o algo podría pretender dos almas, una buena y otra mala?

Más que dos almas quizás sería más apropiado hablar de un trastorno de identidad disociativo,

antes llamado “doble personalidad”, que, entre otros síntomas, quien lo sufre alterna diferentes

identidades, cosa que estoy aprendiendo gracias a Google.

Lo que me parece importante y que me ayuda a reforzar mis convicciones es que se trata de un

trastorno, no de algo normal.

Alternar dos diferentes identidades, entonces, equivale a tener dos caras como el Dr. Jekill y Mr.

Hyde y, en esta oportunidad deseo referirme a tres ministros que, al estilo de Mr. Hyde

habitualmente presentan la más amable, en contraste con otros que no ocultan lo que realmente

piensan y que podrían asimilarse al “avanzar sin transar”.

Uno de los amables, quien reemplazara no hace mucho a una señora que debió dejar el gabinete

por problemas de salud, recientemente fue interpelado en un programa de televisión a raíz de las

declaraciones de ese alcalde que insiste en la teoría del asesinato del presidente Allende con

novedosas “pruebas” que han escapado a todos quienes han investigado este emblemático caso.

Intentó el interpelado primero una respuesta no comprometedora, aludiendo a las diversas

versiones que han circulado en estos casi 50 años, pero el periodista no se dio por satisfecho y le

insistió en que, dada su pertenencia al mismo partido, alguna de ellas le debiera merecer crédito.

Esquivó respuesta nuevamente declarando reiteradamente que Allende había sido “un demócrata

ejemplar” y que lo declarado por el alcalde era sólo una opinión o eso creí entenderle.

No está de más recordar que existen, al menos, las siguientes versiones de su muerte:

1) La heroica enunciada por Fidel Castro que consiste en que murió combatiendo.

2) El suicidio avalado por los testigos que lo presenciaron.

3) Su asesinato, pero por agentes cubanos que se encontraban en La Moneda el 11 de

septiembre de 1973.

4) La nunca probada, cercana a la reciente versión del alcalde.

Cada uno, de acuerdo a su personal inclinación, puede elegir aquella que lo deje satisfecho pero

aceptar que se trataba de un demócrata ejemplar requeriría no conocer nada de su trayectoria

política, en particular durante los 1000 días de la Unidad Popular y no haberse enterado de los

diversos pronunciamientos de los otros poderes del Estado respecto a su gobierno. Es mucho

pedirle al cuerpo.

Otra persona que ocupa el cargo de ministro, a raíz del evidente recrudecimiento de acciones

terroristas en forma simultánea en la Macrozona Sur, expresa que existiría “aparente

coordinación” en lugar de emplear una expresión que refleje mejor lo acontecido, como sería

estimar “muy probable” pero que implicaría, a mi juicio, reconocer la gravedad de lo que sigue

ocurriendo y que ello no es “aparente”.

Termino esta selección con otra señora ministro, habitualmente muy sonriente que, interrogada

en el día de hoy respecto a lo que espera del presente acto eleccionario, después de sumarse a lo

declarado por el presidente en Punta Arenas, expresa lo que ha costado recuperar la democracia y

omite, naturalmente, mencionar todo lo que su partido aportó para socavarla y perderla cuando

formó parte del gobierno de los 1000 días.

No faltará quien piense, si esa es la cara más amable, ¿cómo será la que no trata de disfrazar su

pensamiento?

Lo veremos seguramente mañana, aunque no sea novedad alguna.

7 de may. de 23