LA PRENSA MALVADA
LA PRENSA MALVADA
( Resumido de diario La tercera 31 de octubre del 2015)
El gobierno de Bachelet está intentando inflar el gasto en comunicaciones e imagen para contrarrestar la caída en picada en popularidad y, de paso, imponerse en el debate público ad portas de un proceso constituyente improvisado, “intuitivo” como le gusta decir a Eyzaguirre. Bachelet en eso no es distinta a Cristina Fernández.
La prensa podrá no ser de gusto de sus huestes, en efecto, les podrá parecer “territorio enemigo” y que “desinforma”, pero al valerse de su resonancia se hacen parte de ella.
El kirchnerismo, que hace las veces de modelo, ha hecho lo indecible con los medios. Marcelo Díaz, ex embajador en Buenos Aires, bien lo sabe.
El ambiente periodístico chileno está enredado. Las redes sociales están desacreditadas, secuestradas por anónimos encapuchados, expertos en patalear, denostar, y llevar a cabo asesinatos de imagen.
Rafael Gumucio concuerda: “Las redes sociales son un excusado mental… De hecho, soy adicto a Twitter… pero últimamente me horroriza… la necesidad de ser políticamente incorrecto para que te lean y al mismo tiempo ser políticamente correcto para que no te maten”.
Hoy, los medios están suprimiendo las opiniones de los lectores: los troleos han vuelto prescindible espacios alguna vez pensados para hacer interactuar al público.
Por eso el renovado interés por el periodismo convencional de Cristina en Argentina y Bachelet en Chile.
Si uno puede hacerse de una ONG se asegura cobertura y eco; el PNUD acaba de adherir incondicionalmente a favor de las asambleas constituyentes dándole un espaldarazo a la Nueva Mayoría.
Que todo esto esté ocurriendo en paralelo a un público interesado cada vez más por la “no ficción” (la tendencia recogida en FILSA estos días) es llamativo. Es que la prensa está en el centro de la batalla por la noticia.