Hace tiempo que tengo una duda. El Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, como se dice en la carta de ayer, expresa que no es historiográfico, sino moral. Representa el valor de los DD.HH. y la privación de esos derechos del carácter incondicional, su función de imperativo categórico de la sociedad contemporánea.

Me parece muy bien. Pero resulta que en esa memoria no caben todos.

El asesinato durante el gobierno de Allende de Edmundo Pérez Zujovic es un ejemplo, en plena democracia. Era un empresario dedicado a sacar su empresa adelante. No tiene justificación, pero no cabe en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.

Tampoco cabe Jaime Guzmán Errázuriz, asesinado después de dar su clase habitual de Derecho en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica, en plena democracia.

¿Por qué ellos no caben en ese Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, y otros sí? ¿No son chilenos? Les quitaron sus Derechos Humanos. ¿No son dignos de estar en la memoria de todos los chilenos?

M. Angélica Pérez
Periodista