Por Sergio Melnick Israel

Lo que apreciamos en estos días es nuevamente una severa incompetencia del gobierno frente a la emergencia. No hay que olvidar el incendio de Valparaíso al inicio del gobierno. Todo lo que ahí se prometió para futuras emergencias simplemente no ocurrió. La Onemi aún no opera como debe. Conaf no tiene los recursos que requiere. Los ministros parecen tomar palco o no tienen dirección. La Presidenta y el ministro del Interior entorpecen más que ayudar. Simplemente no hay piloto, cada cual hace lo que puede.

Ningún país está preparado para emergencias tan singulares, por ello lo que importa es ver de qué manera reaccionan los gobiernos y autoridades. En este caso, la respuesta una vez más ha sido lamentable. La lentitud en tomar decisiones y la vacilación de las autoridades es francamente inaceptable. En un incendio, los primeros momentos son cruciales, y no se actuó como era necesario. Ahora ya es demasiado tarde y debemos lamentar no solo cuantiosas pérdidas económicas y ambientales, sino también vidas humanas que es algo irreparable. Es inevitable recordar las imágenes de la Presidenta mascando chicle y negando la existencia del tsunami. Hay un patrón. Hillary Clinton, frente a la respuesta del gobierno, pensó entonces que éramos un país tan atrasado que no teníamos teléfonos satelitales.

Es efectivamente necesario unirse para la tragedia, pero es igualmente necesario representar la incompetencia del gobierno. Hay que documentarla con claridad mientras ocurre.

Por ello no es que se trate solo de sacar pequeñas ventajas políticas como señala la Presidenta, que tiene una tendencia ya conocida a la victimización. De eso trata la democracia, son las reglas del juego porque hay que elegir gobernantes y coaliciones. El descaro máximo fue la acusación de “femicidio político”. La falta de autocrítica a su tan mala gestión ya es de no creer. Cuando ha ido a terreno ha sido severamente increpada. La gente no da más. La respuesta tradicional es que “estamos trabajando en aquello”, siempre con un tono lastimero y finalmente sin resultados.

El maltrato a los alcaldes no es aceptable. El atraso en decretar zonas de emergencia es imperdonable. La reticencia a aceptar ayuda extranjera es de no creer. La tramitación de los aviones especiales una comedia. La descoordinación entre Conaf y la Onemi es de principiantes. ¿Por qué no estaba operativo todo el material aéreo de Conaf? No hay respuestas. Ahora descubre Bachelet que las leyes que había propuesto Piñera eran buenas y necesarias, pero que fueron descartadas ideológicamente. La retroexcavadora.

Todo parece indicar que una buena parte de estos incendios han sido premeditados. Muchas personas opinan así, otros incluso sostienen tener las pruebas. El tema quedará en manos de la fiscalía, que está muy poco prestigiada en estos tiempos. Para colmo de colmos el Fiscal Nacional dice que arremeterá contra las redes sociales, que sin duda dicen barbaridades, pero no son el foco del problema. Otro desatino más.

La base es una enorme falla de los sistemas de inteligencia del gobierno y una clara negligencia con los primeros asomos de terrorismo que han sido advertidos insistentemente por la oposición. La cobarde bomba contra Landerretche es inédita, y muy grave como precedente. Marca el traspaso de un nuevo límite social. Estos incendios otro. Cuarteles de bomberos han sido atacados a balazos en El Maule. El terrorismo, tal como ocurre con los incendios, si no se actúa decididamente al comienzo, después será muy difícil de parar. Si ha habido incendios premeditados, la canallada es inaceptable, las penas deben ser muy duras.

En resumen, señora Bachelet: no se trata de sacar pequeñas ventajas políticas; se trata de decir la verdad. No trate de ocultar su incompetencia victimizándose una vez más. Tal como el 27F, si hubiese actuado adecuadamente desde el inicio, tendríamos mucho menos dolor que lamentar.

Reza el dicho de los analistas que, al final del día, cada país tiene el gobierno que se merece. Después de ver actuar a los brigadistas, carabineros, bomberos, FF.AA. y miles de voluntarios, creo que nuestro país realmente merece algo mejor.

Este año habrá elecciones. Guillier es básicamente otra Bachelet: una improvisación, una burbuja de aire, populismo. ¿Volveremos a cometer el mismo error tres veces? Ojalá que no.