¿Regresó el socialismo con “sabor a empanadas y vino tinto”?



¿Regresó el socialismo con “sabor a empanadas y vino tinto”?

 

¿Qué Chile pretende construir la Nueva Mayoría? ¿Se propone dotar al país solo de un rostro más humano o aspira arrancar de cuajo los cimientos del orden actual? En pocas palabras: ¿estamos ante reformistas o revolucionarios?

Al pensar en el Partido Demócrata Cristiano o el radical, estamos ante los primeros. Pero si pensamos en los jacobinos, es decir, la izquierda “dura” dentro y fuera de la Nueva Mayoría, estamos ante los segundos. Los jacobinos sueñan con el socialismo para Chile. Lo prueban irrefutablemente los planes de acción y las declaraciones del influyente Foro de Sao Paulo, en que militan. Veinticinco años después, los partidos del FSP superan el centenar y lideran o integran gobiernos en diez países latinoamericanos. Chile es uno de ellos. El FSP, cuyos inspiradores son Fidel Castro y Hugo Chávez, declara entre sus objetivos (forodesaopaulo.org) eliminar el capitalismo, instaurar el poder popular y el socialismo, y crear una “Patria Grande” latinoamericana.

Los miembros chilenos de esta coordinadora son Izquierda Ciudadana, Movimiento Amplio Social, Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Partido Comunista, Partido Humanista, Partido Socialista, Partido del Socialismo Allendista y Revolución Democrática. Es decir, hay allí partidos que influyen en La Moneda y los destinos de Chile, y que por lo mismo deberían sincerar ante la ciudadanía los objetivos que tienen para la nación.

“Tenemos la convicción de que, continuando con la profundización de los cambios y acelerando la integración regional, podemos recorrer caminos hacia el socialismo en nuestra América Latina y el Caribe”. ¿Por qué los partidos chilenos no reconocen en Chile su aspiración de avanzar al socialismo con la que se identifican en el marco del FSP? El FSP apoya al gobierno de Bachelet y reduce a la oposición chilena a una “derecha y ultraderecha fascista”, que “reinciden en implementar una estrategia de desestabilización”. Se trataría de una oposición sediciosa. Ya lo sabe el 80% de la población.

Es conveniente que en Chile examinemos las declaraciones del FSP porque brindan una información que permite entender mejor la política de hoy y constatar coincidencias con el programa de la Nueva Mayoría. Corresponde que los partidos oficialistas del FSP arrojen luz sobre lo que tiene trazas de un doble discurso: disimular en Chile la meta socialista y el apoyo a regímenes no democráticos, pero hacer lo contrario en el FSP. También deberían explicar dónde radicaría nuestra soberanía en la “Patria Grande” con que sueñan. En medio de la incertidumbre, el frenazo de la economía y el deterioro de la convivencia cívica, los partidos chilenos que integran el FSP y la Nueva Mayoría deben decirnos con cuál de sus discursos nos quedamos y explicar qué país aspiran construir.

Tomado de la columna de Roberto Ampuero, Diario El Mercurio, 13 de septiembre 2015

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