Pongo en manos de los cronistas e historiadores, el nombre por en que debieran conocerse los hechos acaecidos los últimos días: “Revolución de 2019”.

Si alguien no está de acuerdo, por Dios que equivocado está. Si lo que ocurre en Chile no es una revolución, entonces digan qué es… ¿una protesta?, definitivamente no, los únicos que han estado protestando son los pocos ilusos que hacen sonar cacerolas, pero sin saber ni percatarse que entre ellos pulula una turba revolucionaria que lo único que busca es la desestabilización institucional del país.

Las autoridades a todo esto, que desde el presidente hacia abajo a estas alturas de “autoridad” nada tienen, el día de ayer no lo dedicaron a controlar la desatada crisis, sino simplemente a opacar a la verdadera autoridad del momento, la Militar, para que en su actuar profesional no les haga sombra.

Fue ridícula la intervención del señor Piñera ayer a media tarde en su segunda aparición, donde risiblemente se rindió como un cobarde anunciando que no se realizaría el alza de los pasajes de locomoción colectiva. ¿Pensará este señor que los chilenos son tontos?, si a esas alturas del conflicto a nadie le interesan 30 pesos más o 30 pesos menos: la crisis estaba desatada en todo Chile, donde no hay ni metro ni transantiago. ¿No entenderá el señor Piñera que Chile está sumido en un caos donde pierde valor todo su calculismo y su encuestografía? Los chilenos no son una expresión matemática señor Piñera, son PERSONAS y aunque la inmensa mayoría de los manifestantes son víctimas-títeres, de los expertos en las sucias prácticas de la “rebelión de las masas”, no dejan de ser personas.

Terror causó en la Moneda cuando en Contraalmirante Juan Andrés de la Maza Larraín, recién nombrado Jefe de Estado de Emergencia de la Región de Valparaíso, salió a la calle, se enfrentó a los periodistas y les aclaró cual era su misión y sus atribuciones, les comentó las fuerzas que tenía a su disposición para enfrentar la crisis, en las distintas ciudades y localidades, tanto del Ejército, como de la Armada y de la FACH; respondió claramente a las pocas preguntas que le hicieron y secamente a algunos odiosos. Minutos después (los videos están en la Red), la Infantería de marina, literalmente, barría las calles de Valparaíso.

La contrariedad fue tan grande en la Moneda, al ver que la politiquería era opacada por la firmeza y profesionalismo de un Almirante, que no perdieron un minuto para poner el sucio pie político sobre la autoridad militar.

A esas horas, mientras Santiago ardía, el Jefe de Emergencia de la Región Metropolitana, General Javier Iturriaga, un brillante oficial de nuestro Ejército, luego de una larga reunión con sus asesores, llamó a un punto de prensa para explicar a la ciudadanía las medidas que se adoptarían. Pero en ese momento, las dependencias de la Comandancia General de Guarnición de la Región Metropolitana, donde el general se encontraba con sus asesores, fue invadida por una turba politiquienta repugnante, y el punto de prensa citado por el General en el recinto militar, lo presidió penosamente esa mafia de políticos resentidos (Ministro del Interior, Ministro de Defensa e Intendente de Santiago) mientras el General, la verdadera autoridad ante la emergencia, fue relegado a un segundo plano y no se le permitió decir una sola palabra, de hecho, los papeles con las materias que el General había preparado para exponer la situación a la ciudadanía, les fueron arrebatados por esos políticos, quienes los leyeron entre líneas agregando todo lo posible para defender el misero honor político que les queda como gobierno.

Después de eso, y durante toda la madrugada Santiago estuvo en llamas, bajo un toque de queda que solo fue respetado por Sebastián Piñera.

La Revolución de 2019, está empezando. El gobierno no quiere entender que en estas circunstancias el profesionalismo y capacidad militar son la única solución, pero requiere del respeto y respaldo del poder político. Tampoco quiere entender el gobierno que lo que los agitadores buscan es desestabilizar al país más promisorio de Latinoamérica (gracias a la herencia institucional y económica que dejó el Gobierno Militar por supuesto), y esto, está manejado por el comunismo… y no desde Chile.

Alejandro Russell O’Kuinghttonss