A raíz de ciertas situaciones ocurridas en el Ejército -también en Carabineros-, hay quienes opinan que es hora de modernizar a las FF.AA. En hora buena. Lamentablemente, lo único que se escucha es imponer un mayor “control civil” y subordinarlas al “poder civil”. Sin embargo, objetivamente los controles existen y la subordinación también.

En efecto, la actual institucionalidad ofrece a la autoridad política todas las herramientas legales y administrativas para controlar lo que estime pertinente. De hecho es lo que ha estado haciendo; y, que se sepa, no ha habido ningún conato de insubordinación. Por lo demás, el servilismo militar al régimen de turno, que algunos inconscientemente promueven, en nada ayuda a la democracia, como lo muestra el entorno latinoamericano.

No se debe caer en la utopía de pensar que mayores controles podrían sustituir a la ética personal. Tampoco es adecuado el término “poder civil”, pues tácitamente se está asumiendo la existencia de dos bandos en pugna; si se quieren evitar los supuestos “guetos militares”, lo primero sería partir por un lenguaje integrador y referirse al “poder nacional”, que es uno solo y al que todos debemos aportar, vistamos o no uniforme.

Burocratizar las instituciones con más controles o crear una falsa confrontación cívico-militar no es un buen camino para modernizar las FF.AA.

Miguel A. Vergara Villalobos