El plebiscito del 17 de diciembre será la quinta votación nacional efectuada como parte del proceso de experimentación constitucional iniciado hace cuatro años.
Sabemos cuán determinantes fueron los contundentes argumentos empleados por los “constitucionalistas” de Plaza Italia, cuyo primer logro fue conseguir que el Congreso se inclinara ante la ola de irracionalidad que llevó al país al borde del desastre. Frente a la más dura prueba enfrentada por el régimen democrático, los parlamentarios optaron por la fuga hacia adelante y dieron la partida, junto al gobierno de entonces, a la posibilidad de desmontar el orden constitucional y reemplazarlo por lo que resultara.
La Constitución no era un problema en 2013, cuando la expresidenta Bachelet regresó de su primer cargo en la ONU para preparar su nueva candidatura presidencial. Fue el momento en que, para materializar el giro a la izquierda, integró al PC a una nueva coalición y proclamó como objetivo programático el reemplazo del texto que llevaba la firma del expresidente Ricardo Lagos desde 2005. Todo se redujo a una temporada de asambleas y cabildos sin base legal.
Lo concreto es que el populismo constitucional socavó la democracia real. La Constitución fue debilitada por la campaña dirigida a deslegitimarla, lo que implicó ignorar sus múltiples reformas, violar sus disposiciones mediante el llamado “parlamentarismo de facto” e intentar demostrar que seguía siendo la Constitución de Pinochet.
El objetivo fue invalidar al camino hecho por Chile a partir de 1990, desvalorizar el proceso de reconstrucción democrática y, ciertamente, hacer retroceder las concepciones que hicieron progresar al país como nunca antes y que tuvieron como núcleo el libre mercado.
“No son 30 pesos, sino 30 años”, fue la confesión de los voceros del octubrismo, que querían llevar a Chile hacia otra parte. ¿Hacia dónde, exactamente? Hacia aquello que vimos en la Convención.
Nuestro país se salvó dos veces en este período: primero, del golpismo revolucionario de octubre de 2019, y luego, del delirio refundacional de la Convención que funcionó entre julio de 2021 y julio de 2022. ¿Se pueden identificar nexos entre uno y otro momento? Absolutamente. ¿Y responsabilidades políticas? Sin duda, es cosa de mirar a La Moneda. El mandatario y sus colaboradores usaron todo el poder gubernamental para conseguir que, el 4 de septiembre del año pasado, fuera aprobado el proyecto refundacional que hubiera desmembrado a Chile en tantas naciones como etnias. Fracasaron, afortunadamente.
La raíz de las dificultades que ha enfrentado nuestro país en estos años ha sido crudamente política. La Constitución fue un pretexto de la izquierda que hoy gobierna para imponer “el otro modelo”, el que traería una supuesta igualdad, ese talismán falsamente progresista que ha servido para cualquier cosa.
Cualquiera que sea el resultado del plebiscito, las fuerzas gobiernistas ya no consiguieron lo que buscaban. ¿Qué pueden exhibir como logro? Haber erosionado, con malas artes, el orden constitucional de los 30 años. Por los estragos causados, es una victoria a lo Pirro. Hoy, defienden la opción conservadora de “congelar” el texto vigente. Es como si les dijeran a los ciudadanos: “perdonen las molestias, aquí no ha pasado nada”.
Chile necesita cambiar muchas cosas, pero lo más importante es, a todas luces, el saneamiento de la política, lo que se vincula forzosamente con la solvencia moral e intelectual de los líderes. La liviandad y el oportunismo han causado mucho daño, como lo ilustra el comportamiento de quienes creen que los cargos pueden tapar la incompetencia y las pillerías. Es imperioso que los partidos sean corrientes de civismo y sentido nacional, comprometidos en la lucha contra la corrupción. El Estado debe dejar de ser un botín.
El país resultó gravemente perjudicado por la obsesión constituyente. Corresponde, pues, cerrar este capítulo. Concluyó satisfactoriamente la labor del Consejo, elegido por los ciudadanos el 7 de mayo de este año. Se respetaron rigurosamente las 12 bases establecidas por el Congreso, como lo prueba el hecho de que no hubo ningún reclamo ante el Comité Técnico de Admisibilidad. Puede haber reservas o críticas sobre tal o cual aspecto, pero la democracia representativa está a salvo.
El nuevo proyecto resguarda lo que el texto de la Convención negaba: la integridad territorial de Chile, el Estado unitario, la división de poderes, el ejercicio de las libertades, el régimen presidencial, el Parlamento bicameral, la alternancia en el poder. Es hora de dar vuelta la página y reafirmar la lealtad con la democracia.
Sergio Muñoz Riveros
Cristián Labbé Galilea
Caba vez es más frecuente que mis parroquianos expresen desazón por nuestra realidad. Más allá de la chimuchina que llena páginas mediáticas, y abunda en los opinologos, lo que verdaderamente les preocupa es la desconexión existente entre la sociedad política y los problemas de la gente.
El desencanto es generalizado. Moros y cristianos se irritan al ver a políticos, rodeados de micrófonos, hablando de lo humano y lo divino, en circunstancias que el país vive una situación de deterioro nunca antes visto en materias de seguridad, educación, salud, empleo, crecimiento, amén del triste espectáculo de rusticidad y corrupción que dan nuestras autoridades.
A días del plebiscito que definirá el futuro institucional del país, la situación pareciera no sufrir variaciones: escaso interés por el tema; mañosas interpretaciones de los efectos de una u otra opción; millonarios gastos publicitarios, subrepticio intervencionismo oficial y, lo más delicado… dudoso efecto de los resultados del plebiscito en el futuro del país.
A decir verdad, la situación no es muy auspiciosa; todo indica que después del plebiscito del 17D no habrá grandes cambios, todos se declararán ganadores y… la vida seguirá igual.
Una vez más los políticos no habrán dado el ancho, y se habrá confirmado que padecemos tremenda escasez de liderazgos a todo nivel. Algo verdaderamente desesperanzador, pues no era para nada irreal pensar que, pasados cuatro años de andar a la deriva, surgiría una camada de nuevos lideres que sacarían al país del marasmo en que se encuentra.
Las dirigencias políticas que han encabezado este proceso, en representación de quienes creemos en la necesidad de defender y fortalecer los principios de la Sociedad Libre, perdieron la oportunidad de haberle propinado una derrota definitiva a la izquierda refundacional y a un gobierno que ha dado sobradas pruebas de su incapacidad.
Tal como lo simplificó un futbolero parroquiano… _“Dirigentes del sector derechista, después de ir ganando dos-cero (4 sep 22 y 7 may 23), de estar dominando la cancha y de tener la oportunidad de liquidar el partido, fueron convencidos que había que jugarse ’el todo por el todo‘ en un plebiscito que ha terminado siendo… ’el que mete el último gol gana’”._
Así las cosas, surge una gran oportunidad para finalizar con esta desesperanzadora situación. Hay que ganar la partida, sí o sí; quedan pocas semanas para reaccionar y para pensar sobre “el día después”.
Todo indica que los resultados serán estrechos; sin embargo, lo que no puede ser tenue, sutil, tibio ni ambiguo, es el liderazgo que debe surgir en ese momento.
Debe brotar imperativamente un liderazgo capaz de asumir el presente, rectificar los errores, devolver la confianza en la política, priorizar las necesidades de los más necesitados y darle al país la esperanza de un futuro de orden, seguridad, justicia, bienestar y progreso.
Camino absolutamente posible, porque no hay mal que dure cien años. Recuerde, mi letrado contertulio, lo dicho por don Quijote: “_Sábete Sancho que todas estas borrascas… son señales de que presto ha serenar el tiempo… porque habiendo durado mucho el mal… el bien está ya cerca” (Cervantes, Don Quijote)._
Artículos de Opinión
Paradoja deshumanitaria. Carla Fernández Montero 10 de mayo de 2024 Hemos observado a través de la prensa que el Ministro de Justicia y DDHH Luis Cordero, ha intentado compartir responsabilidades co...
Leer másArtículos de Opinión
La verdad va saliendo de a poco: La amputación de la mano derecha del soldado Conscripto del R I 24 “Huamachuco”, no se habría debido a una hipotermia, sino un shock séptico grave, p...
Leer másArtículos de Opinión
Enrique Slater @slater_enrique La opinión de una prestigiosa columnista, respecto a las amenazas que desde hace ya tiempo afectan al alma misma de la Patria, se reconoce y...
Leer más