Foto: Alfredo Llerena – CCQ
En Colombia empezó una contraofensiva desde el
ataque de Nicolás Maduro. ¿Cómo se conecta esto con lo que pasa el Ecuador?
No existe una conexión explícita, evidente y clara de que lo que está
sucediendo en Ecuador, Colombia o Perú. Pero sí existen indicios bastantes
reveladores que llevan a concluir que eso es precisamente lo que está
sucediendo.
¿Cuáles son los indicios?
Se pueden citar muchos. El narcotráfico. Si bien Colombia es el principal
productor de cocaína, Venezuela como lo acaba de decir el hombre de
inteligencia militar -durante 10 años- el General Carvajal, es una verdadera
empresa criminal que mueve miles de millones de dólares por el tránsito de la
cocaína colombiana. Colombia produce cocaína. Venezuela la comercializa.
Ecuador es la víctima propiciatoria que está ubicada en medio de los dos
principales países productores de cocaína: Colombia y Perú. Además, Ecuador
tiene la desventaja de tener una economía dolarizada que permite que gran
cantidad del dinero de la cocaína se laven el Ecuador. Lo que estamos viendo
aquí es que la financiación de todos esos movimientos no viene de los recursos
propios del Estado o los recursos del país. Las principales organizaciones
comunitarias indígenas de Colombia en la frontera y las principales
organizaciones comunitarias del Ecuador, en Esmeraldas o Sucumbíos, son las
áreas donde está la mayor cantidad de cultivos de coca; por lo tanto, son las
áreas donde más cocaína se produce. Hay coincidencias entre Venezuela que no
tiene dinero oficial legal pero tiene gran cantidad de dinero de la cocaína,
Ecuador que sea un lavadero y, Colombia como principal exportador. Todo
ese flujo de dinero va a apoyar en gran parte esas protestas. Sino de dónde
sacan las comunidades para venir hasta Quito, bloquear Ecuador o Guayaquil y
hacer lo que hicieron. Otro indicio son las armas y técnicas callejeras que
emplearon en Quito, que son las que se emplearon en Bogotá.
El gobierno tenía referencia de narcos del
ELN. ¿Hay similitudes?
En el caso de técnicas callejeras, es una vieja técnica comunista que siempre
la han empleado, pero ahora la han refinado. Vemos que tienen cohetes
artesanales, técnicas de combate callejero con algunos intentos de formación.
Los escudos que están utilizando ahora, todo eso viene desde Venezuela donde
los ‘colectivos’ fueron entrenados por el G2 cubano, por células de las FARC y
del ELN, y por células Hezbolá, que están instaladas en Venezuela. Esas
técnicas que las emplearon en Quito y Bogotá son otro indicio de que puede
haber una interconexión. Además, están las declaraciones del presidente Maduro
que dice: “lo que está sucediendo en Ecuador va para Colombia, Dios quiera que
así sea, Amén”. Y lo que dice Diosdado Cabello: “hay una brisita bolivariana
que está afectando a varios países”, todo eso indica que probablemente haya una
coordinación. Otro indicio. Después del Foro de Sao Paulo se inició una gran
ofensiva diplomática de Venezuela, desplazándose el Presidente a Rusia, la
Vicepresidente Delcy (Rodríguez) a China y delegados a Irán o a Turquía, hasta
el punto de que hoy en día está de candidato a ser miembro del Consejo de
DD.HH. de la ONU. Además como lo han declarado el embajador de Colombia en la
OEA, el Dr. Ordoñez y, el propio Canciller colombiano Holguín, hay la
intromisión y presencia de agentes venezolanos en las perturbaciones de
Colombia. Lo dijo Lenín Moreno también. Si dos presidentes se quejan porque
Venezuela está enviando agentes es otro indicio de que ellos saben algo que
nosotros no sabemos. Asimismo, hay videos de venezolanos que desde Colombia
envían un saludo a los revoltosos de Ecuador y de Quito, y hay apoyo de las
FARC a los protestantes de Quito. Esto es otro indicio de que no es autónomo lo
que sucede.
¿Los militares actuaron correctamente?
El gobierno y la sociedad ecuatoriana fueron sorprendidos por estos incidentes
y días después siguen analizando qué pasó. Esto denota dos cosas: Fallas en las
inteligencia del Estado que no fue capaz de prever, porque habían indicios
claros desde hace un año, de que la gente de Correa y del Socialismo del Siglo
XXI iban a pasar a la ofensiva, lo habían decantado. Y, segundo, Quito no está
preparada para el manejo de una crisis de esta magnitud. Estas son dos fallas
que se notan a primera vista; no se manejó la crisis y ahí están los
resultados. También se evidenció una serie de fallas en el empleo de las fuerzas
militares que fueron inadecuadamente empleadas. La fuerza militar es una fuerza
letal del Estado. Se emplea en su letalidad o no se emplea, la Policía actuó
dentro de lo posible. Ahora, esta fuerza letal debe ser utilizada con
proporcionalidad, reciprocidad y de manera gradual. Para un tipo de
manifestaciones de sabotaje, en donde no vimos armas letales, cocteles molotov,
piedras y papas bomba, y cohetes… para eso está la Policía que tiene armas no
letales.
¿No hubiera sacado militares a las calles?
Yo no sé qué hubiera hecho porque la situación fue complicada, tendría que ser
el Presidente. Hay que entender al Presidente que dentro de realidad y que, con
la información necesaria, tomó la mejor decisión. Pero desde afuera -visto
desde afuera- y ocho días después: sacar los militares para que les quemen los
carros, les roben armamento, les secuestren… fue un error. Se pierde el respeto
a los militares que es la última barrera de contención que tiene el Estado. Los
que protestan saben que el Ejército no va a disparar, se va a dejar secuestrar
y eso es muy grave, y eso los incentiva. Ellos actúan sobre las debilidades del
Estado. Allí puede haber una reacción contraria y el gobierno se puede meter en
problemas… cuando un soldado mate a varios va a ser una masacre y sería un
problema porque la izquierda internacional denunciaría ese hecho.
¿Incluso en esa instancia existe una
estrategia regional?
Sí. Si aceptamos que esto obedece a una estrategia regional dirigida desde
Caracas, la única manera de enfrentarlo es con una estrategia regional de
unión, de intereses comunes entre Colombia, Ecuador y Perú. Para enfrentar de
manera conjunta el fenómeno. Es decir, es la región que está amenazada.
Eventualmente, se pueden unir países del cono sur, como Argentina -que tiene
elecciones ahora- o, Bolivia. Pero son estos tres países los objetivos
inmediatos. Tienen que hablar los tres gobiernos, las inteligencias de los tres
gobiernos deben ponerse de acuerdo para el intercambio de información de
Inteligencia militar y delincuencial. Colombia tiene otra gran marcha, Ecuador
también tiene una el 30 de este mes. Entonces, cada país tiene que lidiar con
eso, pero ayudará que se pongan de acuerdo los tres para intercambiar
información y toda la Inteligencia que tengan para poder enfrentar, porque
estamos viendo similitudes en el accionar táctico de todas estas
manifestaciones. Aquí en Ecuador como en Bogotá, los estudiantes que salen a
las marchas en su legítimo derecho, el 90% son pacíficos, el 10% de agitadores
son muy hábiles y utilizan la psicología de la turbamulta, y esos perturbadores
deben ser identificados y neutralizados a tiempo.
La Conaie y el FUT se desvincularon de los
actos vandálicos, ¿sobre quién recae la culpa?
Principio básico: tienen derecho a la protestas. Es más, la protesta es
justificable por ciertas condiciones que uno ve. Si se desligan de la
violencia… no es suficiente con que lo manifiesten, ellos que son los
organizadores deben denunciar oportunamente la presencia de personas ajenas a
su marcha y deben organizar dentro de sus marchantes estructuras que permitan
la detección temprana de agitadores y la posterior denuncia para que la Policía
pueda actuar sobre el tiempo. No es suficiente con que digan: “nosotros
rechazamos la violencia”. La Inteligencia debe estar monitoreando para detectar
y denunciar a los que dicen estamos en contra la violencia pero están en
contacto o comunicación con los agentes perturbadores. El comunismo siempre ha
dicho en América Latina que no está de acuerdo con la violencia, pero los
seguidores apoyaron siempre a las FARC. La gente que marcha debe identificar
los intrusos, aquí infiltrados, y si los pueden neutralizar y entregar a los
policías, sino denunciarlos… es la única manera. Mientras digan que están
contra la violencia pero suceda lo que sucedió en Quito, es pura palabrería.
¿Cuándo está desactivado un conflicto de esta
magnitud?
Cuando hay un diálogo inteligente entre el gobierno y los demandantes. Cuando
los demandantes aceptan que las condiciones son oportunas, son adecuadas. Sin
embargo, estas se desactivan por un rato. En América Latina siempre el Estado
va colgado de muchas necesidades de la sociedad. Siempre tendremos este tipo de
protestas, el problema es la violencia que se genera. Por ejemplo, en
Barcelona, España, hay una protesta social pero no ha habido un solo muerto y
no se ve el Ejército en la calle. Les disparan gases, pero no hay armas letales
involucradas. Tenga la seguridad de que si en esos disturbios el gobierno saca
al Ejército la situación se complica. Esto no termina nunca… Habrá protestas,
se llega a un acuerdo, se desactiva y al poco tiempo rebrota. El problema es
que se hacen promesas, se llegan a acuerdos, y el gobierno incumple porque no
tiene cómo. Y otra vez vuelve la protesta. Hay múltiples actores y se llega a
acuerdos con uno y se excluye a los otros. Están bien los paros, pero el
problema desde el punto de seguridad de Estado es la real perturbación social y
el temor social que causan con efectos en la economía, en la moral. Todavía los
quiteños están afectados por lo que sucedió y eso tiene consecuencias…
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