El sábado pasado se publicó una extensa entrevista al ministro del Tribunal Constitucional, señor Pozo. En la misma, el entrevistado dijo, cuando se le preguntó sobre los requerimientos presentados en causas en que se encuentran militares inculpados, procesados, acusados y/o condenados: “Es un tema delicado. El tribunal tuvo una actitud histórica de rechazar todos esos recursos de inaplicabilidad”. Más adelante sigue haciendo afirmaciones de ese calibre.
Al usar el término “actitud histórica”, sin darse cuenta aparentemente cumple con la definición del Diccionario de la palabra actitud: “Disposición de ánimo manifestada de algún modo”. Es decir, dice que hay una voluntad para rechazar los requerimientos en esta materia solo por ser quienes recurren.
Esto es gravísimo, pues este ministro, quien alguna vez participó en los tribunales ordinarios como abogado integrante en las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema, siempre resolvió en contra de los militares y las declaraciones que hace en la entrevista son una apología de sus pensamientos, anticipando su juicio lo que constituye una causal clara de implicancia.
También llama la atención que cuando un particular recurre ante el Tribunal Constitucional (TC), alegando que se le infringen los derechos que le garantiza la Constitución con la aplicación del antiguo sistema penal, resuelve las admisiones de una manera distinta a cuando lo hacen exuniformados.

Cristián Heerwagen Guzmán
Abogado